El arzobispo de Tarragona: «Las mujeres no pueden oficiar misa y yo no puedo» parir

Cristian Reino / Colpisa

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Jaume Pujol arremetió también contra los gais porque «tienen un comportamiento que no es adecuado para la sociedad».

23 ene 2012 . Actualizado a las 21:56 h.

Unas manifestaciones de un destacado miembro de la Iglesia católica sobre el papel de la mujer en la sociedad vuelven a desatar la polémica.

El arzobispo metropolitano de Tarragona, Jaume Pujol Balcells, cerró este lunes una vez más la puerta del sacerdocio a las mujeres y lo hizo recordando que la función esencial de las féminas es traer hijos al mundo.

Las mujeres no pueden oficiar misa «porque cada uno tiene una función. Yo tampoco puedo hacer algunas funciones que hacen las mujeres, no puedo traer los hijos al mundo», expresó este lunes en una entrevista a la televisión pública catalana.

Pujol, responsable de una de las archidiócesis más antiguas e importantes de España y que en su día era la encargada, por ejemplo, de coronar a los reyes de la Corona de Aragón, considera, sin embargo, que en el seno de la Iglesia existe igualdad entre hombres y mujeres. «Todos somos hijos de Dios y todos tenemos la misma dignidad», afirmó. «La Iglesia está formada por fieles, por los bautizados, uno entra en la iglesia cuando es bautizado y todos somos iguales. Después tenemos diferentes funciones», insistió.

Pujol, en cambio, no cree que las mujeres puedan llegar a ser curas, como ocurre en la Iglesia anglicana. «Si me pregunta cuándo llegaremos a tener las mismas funciones (entre hombres y mujeres) -dijo- le diré que yo nunca podré ser una mujer. Y, hoy, la mujer en la Iglesia tiene un papel importantísimo, nunca la he sentido un poco más abajo que nosotros (los hombres)», remató.

Durante la última visita del Papa a Barcelona, en noviembre de 2010, en la que consagró la Sagrada Familia como basílica, unas palabras del Pontífice también causaron malestar. Benedicto XVI defendió la adopción de «medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización», lo que fue interpretado como una visión arcaica y rancia del papel de la mujer en pleno siglo XXI. Su homilía recibió fuertes críticas desde sectores de la izquierda y el feminismo, como también el hecho de que la participación de las mujeres (en este caso monjas) en la misa de consagración se limitara únicamente a la limpieza del altar, todo ello bajo la atenta mirada masculina de los obispos, cardenales y miembros del Vaticano.

Críticas a los gais

El arzobispo de Tarragona, miembro destacado del Opus Dei (convivió once años en Roma con Escrivá de Balaguer), como de igual forma lo han hecho el Papa y otros obispos en numerosas ocasiones, también arremetió contra los matrimonios homosexuales y contra los gais en general. «Hay que distinguir entre personas y el comportamiento de las personas. Como personas, todas son hijas de Dios, pero hay comportamientos que no son adecuados ni para la persona ni para la sociedad», afirmó. E insistió en el ataque al colectivo: «Cada uno tiene que pensar muy bien la responsailidad que quiere tener frente a la sociedad. La iglesia puede hablar, pero después no obligamos a nada porque no tenemos Mossos d'Esquadra ni prisiones. Más que nunca, ahora la iglesia tiene que decir lo que está bien y mal, y nos lo tenemos que decir también los unos a los otros», remató.

Sobre el matrimonio, Pujol Balcells, tampoco rehuyó de la polémica: «A las mujeres de mi iglesia siempre les digo lo mismo: A quien tienes que cuidar más es a tu marido, él es el hijo más pequeño de la casa, ya sabéis por qué lo digo. Lo tienen que cuidar, no se pueden descuidar», exclamó.

Pujol, que fue ordenado sacerdote en 1973, quedando adscrito en la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, de la que es miembro desde 1961, ejerció como profesor de Pedagogía Religiosa en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. Experto en temas de didáctica y catequesis, no es la primera vez que entra en polémica: «Con mis impuestos también pago abortos y tengo que subvencionar a todas estas asociaciones de ateos», confesó en una ocasión. En este apartado, el del aborto, es en el que más se suelen prodigar los obispos cuando buscan salir en los medios.

Es el caso del cardenal Antonio Cañizares, que afirmó que es más grave el aborto que el abuso de menores o el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, que consideró que «matar a un niño indefenso» da a los hombres «licencia sin límites» para «abusar del cuerpo de la mujer».