En la batalla contra el centro comercial de Deiro están implicadas todas las asociaciones de comerciantes de la comarca, excepto las de Vilanova, y esta unidad no tiene fisuras. «O consorcio está máis unido que nunca neste tema», señalaban ayer desde el consorcio. Con todo, desde las asociaciones hacen un llamamiento a los empresarios para que se asocien con el fin de plantar cara a este proyecto y defender otras cuestiones que afectan al colectivo.
«É a única forma de loitar contra os poderes fácticos que queren destruir ao pequeno comercio. Ou imos todos no mesmo carro ou van acabar con nós. Imos demostrar a forza que temos», indicó ayer Jorge Dios.
El Consorcio do Salnés agrupa actualmente a 800 comerciantes distribuidos entre Vilagarcía, O Grove, Cambados, A Illa, Ribadumia, Meaño y Sanxenxo. Vilanova optó por salirse de esta organización, precisamente, al hilo de la controversia creada por el centro comercial.
Alcampo, en cuestión
El eje angular del centro comercial será Alcampo y el resto de la superficie será ocupada por la cadena de bricolaje AKI y otras firmas, amén de la superficie reservada para el pequeño comercio. Marcos González insistió ayer en que, «case ao cen por cen», tiene la certeza de que Alcampo no tiene previstas nuevas inversiones en Europa antes de tres años y, por tanto, pone en cuestión la instalación en Deiro, pese a que desde Desarrollos Vilanova afirman que este extremo está garantizado.