El presidente iraní, cada vez más aislado, busca oxígeno con una gira por Latinoamérica

a. P. caracas / Afp

FIRMAS

07 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, presionado por Occidente por su programa nuclear, inicia mañana una gira por Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador en busca de un balón de oxígeno entre sus aliados, de los que se alejó Brasil. Los expertos afirman que es un intento de eludir las sanciones y encontrar nuevos mercados.

Tras la reunión con Hugo Chávez, asistirá el martes en Nicaragua a la toma de posesión de Daniel Ortega. Hostiles a Estados Unidos, los Gobiernos de estos cuatro países se acercaron en los últimos años a Irán, especialmente Venezuela, cuyo presidente ha viajado nueve veces a ese país en 13 años.

El viaje «invalida las afirmaciones de los enemigos» de que carece de apoyos, sostuvo el director de Asuntos Internacionales de Ahmadineyad, Mohammad Reza Forqani.

Pero para Carlos Romero, profesor de Relaciones Internacionales en Venezuela, Ahmadineyad «trata de buscar oxígeno en América Latina. Su país está en el plano internacional en una situación muy compleja e internamente se le está cuestionando».

EE.UU. y Europa estrecharon el cerco a Irán con sanciones y la UE halló un principio de acuerdo para embargar crudo iraní y obligarlo a dejar su programa nuclear. Teherán teme sufrir una revuelta. Con la de Siria comprobó que la Liga Árabe está «cada vez más controlada por Arabia Saudí», aliada de Washington, apunta Romero.

En América Latina no goza del apoyo de otros tiempos. No tiene el de Argentina, desde el atentado contra la mutua judía que dejó 85 muertos en 1994. Ha perdido el de Brasil, cuya presidenta, Dilma Rousseff, se muestra más «cautelosa» que Lula Da Silva, según Lytton Guimaraes, de la Universidad de Brasilia.

E incluso en los cuatro países que visitará, no es de prever un respaldo «unívoco». A Cuba y Ecuador no les interesa una guerra diplomática abierta con EE.UU.». En Cuba, tal vez esté con Fidel Castro, quien pese a ser un abierto crítico de Israel, el año pasado se enfrentó a él por negar el Holocausto.

La presidenta del Comité de Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU., Ileana Ros-Lehtinen, describió el viaje como la «gira de los tiranos».