Vilarmaior: el PP contra nadie

Toni Silva VILARMAIOR / LA VOZ

VILARMAIOR

Carlos Vázquez, alcalde desde hace 16 años, hace campaña en un bar de Vilarmaior. César Delgado
Carlos Vázquez, alcalde desde hace 16 años, hace campaña en un bar de Vilarmaior. César Delgado CESAR DELGADO

Pese a no tener rival político, un caso único en Galicia, el alcalde de este pueblo coruñés recorre las 700 casas para pedir el voto

23 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Pasaba de la medianoche cuando el escrutinio terminó [...]. Poquísimos los votos nulos, poquísimas las abstenciones. Todos los otros, más del setenta por ciento, estaban en blanco». Le damos a leer al alcalde de Vilarmaior, Carlos Vázquez Quintián, unas páginas del Ensayo de la lucidez, de José Saramago, que narra cómo el masivo voto en blanco sacude los comicios de una localidad. «Xa era o que me faltaba», reflexiona el regidor.

 Hay muchos municipios gallegos donde sus alcaldes se saben ganadores y los vecinos dicen que no tienen rival. Pero esa frase aquí, en Vilarmaior (1.300 habitantes), es literal. El alcalde no tiene rival. El próximo domingo no habrá más papeleta que la que encabeza él, la del Partido Popular, en un Ayuntamiento donde el BNG había rascado hace cuatro años uno de los nueve asientos del pleno: 8-1. «Pero marchou a Narón por traballo, seica, e non se fixeron outras listas», dice Vázquez Quintián, crítico con los partidos de izquierdas. «Así é como defenden as súas ideas? Non facendo listas? Son eles os primeiros en deixar tirados aos seus posibles votantes», afirma. Es el único caso en Galicia con un solo partido en las elecciones municipales del 26M. «E hai outros cinco en España», remacha el alcalde.

Entramos en el bar El Comercio, donde el político comienza a repartir propaganda electoral. Aquí no hay tríptico ni folleto. Vázquez Quintián no quiere confianzas. Entrega revistas de gramaje generoso a todo color, una especie de álbum y fotos del propio alcalde en compañía de conselleiros, del presidente de la Xunta y de vecinos, muchos vecinos.

«¿Para qué va a haber oposición si ya está todo hecho?», explica María, una clienta del bar-tienda. Parece que todos aquí respaldarán al PP el domingo. Entra un nuevo cliente y el periodista le asalta:

-Hola, estoy buscando un votante de izquierdas.

-¿De izquierdas? Pues yo ni de derechas ni de izquierdas. Yo soy de Vilarmaior [quizá hayamos descubierto que el centro político se encuentra justo aquí, entre Miño y Monfero].

Carlos Vázquez Quintián lleva 16 años de alcalde en este pueblo rural, donde la propia casa consistorial carece de cobertura en los teléfonos. Está escrito que alcanzará los 20 con el bastón de mando. La falta de rivales no le ha hecho bajar el pistón. No se fía. Hace cuatro años, 300 de los 1.152 vecinos convocados no se acercaron a las urnas. La mitad del censo le votó a él (643) y un pequeño centenar (125) al BNG. Hubo 22 votos nulos. Y 20 en blanco. Solo 20.

No entrega folletos, sino revistas de 28 páginas a todo color con los logros de su gestión

«A sensación é boa, a xente agradece que a vaia visitar ás casas para darlles a propaganda electoral», indica Vázquez Quintián, quien asegura que se ha recorrido ya setecientas casas del municipio. «Aquí están», dice mientras muestra en su despacho un papel con líneas tachadas. Toma un bolígrafo y cuenta los espacios sin cubrir. «Aínda me quedan doce casas por visitar, malo será que de aquí ao venres non me dea tempo».