Las escuelas de surf en la provincia de A Coruña, un revulsivo económico en expansión

Elba de la Barrera Agulló
ELBA DE LA BARRERA FERROL / LA VOZ

VALDOVIÑO

Surfistas en el Pantín Classic de Valdoviño
Surfistas en el Pantín Classic de Valdoviño JOSE PARDO

Valdoviño cifra en cerca de un centenar los empleos ligados a este deporte

10 abr 2023 . Actualizado a las 18:36 h.

El surf cobra cada vez más fuerza como dinamizador económico dentro de la provincia de A Coruña. Alojamientos turísticos especializados, firmas de ropa deportiva, competiciones y eventos, o escuelas orientadas al aprendizaje de esta práctica son solo algunos de los ejemplos de las posibilidades de desarrollo de las localidades costeras en torno a este deporte.

Buena prueba de ello es que tres municipios de la provincia, junto a otros tres emplazamientos del norte de España, anunciaban el pasado octubre la constitución de una red de Pueblos del surf, con la finalidad de promover un turismo sostenible y desestacionalizado en sus respectivos territorios. Así, Ferrol, Carballo y Valdoviño dieron un paso al frente para aprovechar las potencialidades de su entorno natural en este terreno.

Precisamente, Valdoviño acaba de hacer público que amplía en tres el número de licencias a escuelas de surf que operan en la zona, situándose el total en quince. «La realidad es que el surf no lo es todo en Valdoviño, pero es lo que nos diferencia», destaca su alcalde, Alberto González, que explica que el grupo de gobierno tomó la decisión hace tres años de gestionar las escuelas desde la propia Administración local para, señala, evitar una «masificación no deseada». Así, con el nuevo sistema, subraya, limitan «el uso de las playas; en Pantín solo pueden estar ocho escuelas, en el resto de playas hasta quince; y en Campelo no se autoriza, se deja para el surf libre».

«Para nosotros, nuestro polígono industrial es nuestro territorio», destaca el regidor valdoviñés, que señala que la vigencia de las licencias otorgadas se amplía de uno a cuatro años. «Al ver que esto es una cuestión de futuro muy importante, ampliamos la vigencia de las licencias porque genera una capacidad de inversión mayor». «En picos de verano podemos estar hablando de cerca de un centenar de empleos directos, aparte de la gente vinculada con los alojamientos turísticos vinculados directamente al surf», ahonda el alcalde sobre el desarrollo económico que se deriva de esta práctica.

Reinventar la Semana Blanca

Además, el regidor avanza que una de sus iniciativas para que las escuelas se mantengan en la senda del desarrollo sostenible es la de repensar el concepto de Semana Blanca. «Igual que se organizan excursiones con escolares a la nieve, les propongo a las escuelas promover con los operadores una Semana Azul para que puedan venir niñas y niños de toda la Península», indica.

Y es que en esta localidad, que alberga el primer museo municipal de surf del país y donde se celebran pruebas tan importantes como el Campeonato de España o el Pantín Classic, son conscientes de que este deporte posibilita «un desarrollo muy transversal, porque hay gente que viene a hacer surf y también quiere conocer el medio ambiente, es un turismo que genera asentamiento poblacional importante».

Simón Vázquez: «Me vine a surfear a Valdoviño en verano, encontré trabajo y ahora tengo mi propio negocio»

Una de las personas que se ha beneficiado de la ampliación del número de licencias para escuelas de surf en Valdoviño es Simón Vázquez. Este monitor sevillano, que trabajó en distintas partes del mundo como Australia o Costa Rica, abrió el pasado año un alojamiento turístico especializado en surf, Campelo Surfcamp, y ahora ha decidido dar un paso más y ofrecerá clases durante los meses de julio y agosto.

 —¿Cómo recaló usted en Valdoviño?

—Ya había estado por la zona y, en cuanto acabaron las restricciones de la pandemia, me vine con el coche a pasar el verano y a surfear, encontré trabajo de monitor en una escuela local y ahora tengo mi propio negocio. Siempre tuve el gusanillo y vi esta zona y me pareció una tierra muy fértil, todavía por explotar, e invertí mis ahorros para montar un alojamiento turístico.

—¿Cómo se decidió a solicitar licencia para dar clase?

—Muchas personas que venían a alojarse a Campelo Surfcamp lo demandaban y los derivaba a otras escuelas, y por eso tomé la decisión.

—¿Ve margen de crecimiento?

—La playa de Campelo era el gran secreto, pero a través de las redes sociales cada vez se conoce más. Quizás se echa en falta algo más de movimiento a nivel eventos y festivales para crecer más.