Pontedeume recurre a una empresa privada para tener socorristas y Valdoviño los recupera en Pantín

A. F. C. PONTEDEUME / LA VOZ

VALDOVIÑO

Socorristas en la playa de A Frouxeira, en Valdoviño, este mes de julio
Socorristas en la playa de A Frouxeira, en Valdoviño, este mes de julio CARLOTA LAZARO

El Concello valdoviñés busca más personal de vigilancia para sus playas

20 jul 2021 . Actualizado a las 21:40 h.

Las dos convocatorias que lanzó el Concello de Pontedeume quedaron desiertas, por lo que ha tenido que recurrir a una empresa privada para la contratación del servicio de vigilancia de la playa de Ber. Desde el sábado cuenta con seis profesionales, repartidos en dos turnos, desde primera hora de la mañana hasta las ocho de la tarde. El alcalde, Bernardo Fernández, lamenta que la Xunta restrinja sus ayudas al personal contratado directamente por el Concello. «Sabiendo los problemas que hay, debería permitir que, si en la segunda convocatoria no se presenta nadie, esos fondos se puedan usar igual para pagarle a una empresa. Ahora, tenemos que sufragarlo con fondos municipales», arguye.

El regidor de Valdoviño, Alberto González, comparte esta reflexión y se muestra especialmente crítico con la gestión del socorrismo en las playas por parte del Gobierno autonómico. El servicio se restableció ayer en la playa de Pantín, donde se había suspendido tras dar positivo en covid-19 uno de los vigilantes. En todo caso, Valdoviño reservó una partida de 130.000 euros para contratar a 33 socorristas y, de momento, solo dispone de 14. «Vamos a sacar otra convocatoria a ver si conseguimos alguno más», indicó ayer el alcalde.

González incidió en la gravedad del problema que acarrea la falta de profesionales para vigilar los arenales, que atribuye al sistema de formación por el que ha optado la Xunta, largo y costoso. Sostiene que esta fórmula disuade a muchos jóvenes de prepararse, ya que, «en Galicia, la temporada dura dos meses y eso es lo que van a poder trabajar, la mayoría». «En mi primera reunión como alcalde con un responsable de la Xunta, en 2015, con la directora de Turismo, Nava Castro, le planteé este asunto y le dije que tenían que solucionarlo», cuenta. En aquel momento, Valdoviño aún contaba con banderas azules en las playas. Ahora ya no, entre otros motivos por la falta de vigilantes, lo que acaba de obligar al Concello de Sanxenxo a bajar sus enseñas en varios arenales, al quedarse temporalmente sin personal, debido a los casos de covid-19, y sin posibilidad de sustituirlo.