Copagro justifica el cierre como única salida por la «inviabilidad» del negocio

ANA F. CUBA VALDOVIÑO / LA VOZ

VALDOVIÑO

José Pardo

La plantilla se concentró esta mañana ante la cooperativa de Meirás contra el ERE extintivo

24 abr 2019 . Actualizado a las 19:40 h.

El cierre de la Cooperativa Agropecuaria del Norte de A Coruña (Copagro), con sede en Meirás (Valdoviño), que cogió por sorpresa a toda la plantilla, constituye la única salida, «obligatoria por ley», dada la «inviabilidad» del negocio, en palabras de Vicente Dopico, miembro del consejo rector de la sociedad y gerente de la cooperativa de Meirás. Copagro, la fábrica de piensos fundada en 1973, está participada por las cooperativas de Meirás, Vilaboa y Lago.

«El problema es de rentabilidad, no da para cubrir gastos; y de alto endeudamiento con proveedores y con la banca, olvidándonos ya de los 1,4 millones de euros que han aportado las cooperativas de base [un millón la de Meirás y 400.000 la de Vilaboa], que no se van a reclamar», añade Dopico. «No pudimos o no supimos hacer más, esa es la realidad ?reconoce?; y nuestros asesores nos dicen que es un proyecto inviable, condenado al cierre [...] y la posterior liquidación».

«El volumen de ventas ha descendido, el margen de intermediación se ha reducido y llevamos dos ejercicios malos; 2018 fue muy malo, con 200.000 euros de pérdidas, y 2019 sigue [en números rojos]», explica Dopico. La representación sindical de los 16 trabajadores, todos afectados por el expediente de regulación de empleo (ERE) extintivo presentado el martes por Copagro, pregunta cómo se explica esta medida «tras haber ampliado la plantilla en un 40 % en los últimos años y de haber invertido un millón de euros el último año para convertir la fábrica de piensos en una empresa puntera».

Dificultades para competir

«El sindicato [USO] tiene que sentarse a ver las cuentas [hasta ahora la sociedad solo les ha entregado las de 2017], el martes [cuando empieza el período de consultas del ERE] les daremos las de 2018 ya auditadas. Es verdad que se trató de poner una sección de porcino, pero no tenemos todavía la licencia administrativa y, por tanto, el proyecto que debería haber nacido hace seis meses aún no comenzó», señala Dopico. Insiste en que Copagro «es una cooperativa pequeña», para la que resulta «difícil competir y aguantar los precios de las grandes compañías que han surgido en Galicia».

En cuanto al caso de un empleado que se incorporó a Copagro hace menos de dos meses, Dopico elude cualquier responsabilidad, ni suya ni del resto del consejo. «Hay un gerente con capacidad para contratar, nosotros no contratamos y yo, desde luego, no sabía las circunstancias personales que se daban en este caso... Sintiéndolo muchísimo, pero si no media engaño...», declara. Francisco Cousillas, responsable de la Federación de Industria de USO, indica que esta persona dejó su puesto de trabajo tras veinte años para integrarse en la fábrica de piensos.

El apoyo de algún cliente

En la concentración de esta mañana ante la cooperativa de Meirás, los trabajadores portaron pancartas contra el cierre de Copagro. Al acto se sumó incluso algún cliente, también extrañado por lo sucedido. «El presidente avisó a clientes y proveedores de que no iban a servir más, algo que no puede hacer... A partir de hoy, los empleados están dentro, pero no tienen trabajo», apuntó Cousillas, que ve muy complicado, sino imposible, salvar la empresa: «[En el período de consultas del ERE] habrá que quitar lo máximo de indemnización que sea posible».

Dopico admite su preocupación por los operarios ?«varios con cerca de 60 años y con muchas dificultades para encontrar empleo»? y por los clientes ?«algunos fieles, de muchos años, y vinculados también a las cooperativas de base»?. En cuanto al eventual impacto del cierre de Copagro en las sociedades de Meirás, Lago y Vilaboa, niega cualquier repercusión: «No les va a afectar en absoluto. De la de Meirás pusimos un millón de euros, dinero que teníamos generado de años para proyectos, sin tocar un euro de los socios».

«El dinero de los socios [de las tres cooperativas] está a buen recaudo, bien gestionado; que no se preocupen, la gente puede retirar el dinero cuando quiera, llevar sus depósitos, préstamos, etcétera ?recalca?. En el plano económico no repercute, en el psicológico sí, me duele y mucho».