María del Pilar Hermosa, escritora: «El amante perfecto deja a la mujer sentir todo el placer hasta el final, y después él»
SAN SADURNIÑO

Entrenadora y jueza nacional e internacional de natación sincronizada, nació en Hellín (Albacete), pasó casi toda su vida en Bélgica y ahora reside en San Sadurniño, donde ha presentado su primer libro, un «thriller» erótico
18 feb 2024 . Actualizado a las 14:09 h.Durante la pandemia, «cuando la vida carecía de cualquier erotismo, con gente muriendo alrededor», María del Pilar Hermosa (Hellín, Albacete, 1955) se lanzó a escribir buscando la evasión. «A todas las mujeres, a una cierta edad, nos gusta sentir glamur; no por ser mayores tenemos que renunciar a vernos bellas y deseables, ni a sentir placer», sostiene. A partir de aquí, echó mano de los textos de un acupuntor chino, en quien encontró las cualidades del «amante perfecto»: «Tiene que dejar sentir a la mujer todo el placer hasta el final, hasta que le salen las lágrimas... para subir al cielo no hay que morir [ríe], y después, al terminar, él». En el libro, Las agujas de oro, publicado en castellano por la editorial pontevedresa Fervenza, conviven dos tramas.
«Es un poco picante, pero sobre todo se percibe el glamur en esas escenas de amor que te hacen soñar», comenta. El sábado lo presentó en el café Dzine, en un acto organizado por la librería Brétema, en San Sadurniño, y el día 13 lo había hecho en Hellín, «y muchas dedicatorias eran para los maridos, como regalo del día de San Valentín». La autora critica el edadismo: «La edad es un número, no pasa nada, la mujer es mujer hasta el final. La protagonista, Eva, es joven, pero podía haber sido más mayor. La mujer tiene que mantener la libido muy alta, y no renunciar porque su esposo se instale en cierta rutina, tiene que espabilarlo [risas]».

Hermosa emigró a Bélgica de niña con su familia, originaria de Hellín. Estudió danza en el conservatorio y, aparte de bailarina, se hizo entrenadora de natación sincronizada y jueza nacional e internacional de esta disciplina. En Waterloo, donde vivió muchos años, montó una academia de ballet, que compaginaba con el trabajo en la piscina y su labor como jueza deportiva. En 1999 recibió la llamada de la Federación de Natación de la Comunidad Valenciana y optó por regresar a Hellín con su marido, belga. Más adelante, hace ya 13 años, decidieron acoger a una niña, que hoy tiene 18. «Padece dislexia, entre otras dificultades, y cuando empezó la pandemia pensamos irnos a Luxemburgo para poder llevarla a un colegio María Montessori, especializado en dislexia», relata. Y como dominaba el francés, idioma que hablan en casa, se marcharon y pasaron la crisis sanitaria fuera.
«Nos quedamos tres años para que estudiara allí. Pero hace año y medio decidimos regresar a España, y mi marido dijo que él quería ir al norte, encontramos una casa muy bonita en San Sadurniño, la compramos y aquí estamos, adoptados», cuenta, muy contenta. Tanto ella como su pareja viajaron mucho por trabajo, conocían Asturias y Galicia, y encontraron aquí «un clima muy parecido al de Bélgica; mucho verde, igual que allí; una gente también similar, muy amable y educada; y una comida buenísima».
Además, San Sadurniño ha resultado ser un buen lugar para escribir. A Hermosa le gusta contar historias desde niña —trabajó de voluntaria en la biblioteca de Hellín y antes lo había hecho también en Waterloo, con cuentacuentos bilingües, que ella misma traducía y teatro musical—, y ha plasmado en un diario las vivencias de su hija de acogida, «los progresos y los retrocesos en su proceso de aprendizaje», y algún día, «cuando ella esté preparada», se lo entregará para que pueda leerlo.
En francés, tanto en Bélgica como en Francia, ya ha publicado cuatro libros y tiene uno pendiente de las correcciones. El primero fue Las agujas de oro, recién publicado en castellano (a la venta en las librerías Brétema, de San Sadurniño, y Central Librera, de las calles Real y Dolores, en Ferrol). Después vino Amir, hijo del desierto, la historia de un hermano de su abuela que falleció en la primera guerra de los bóers, en 1880 (la versión en español saldrá en Fervenza): «No tuvo vida y yo le di una maravillosa».
Durante la pandemia escribió Todos juntos, sobre los ángeles, «que recibían a muchas almas que no entendían que les había pasado», inspirada por su hija; y también ha publicado A.D.N., «una historia de amor en las pistas de esquí de Cortina d'Ampezzo, en Italia», donde ella solía ir a la nieve. El quinto se titula Misterio en la noche y lo encuadra en el género del «thriller terrorífico, de mucho miedo».