Los parquímetros del mercado de Pontedeume, instalados en enero, siguen sin funcionar
PONTEDEUME

Los placeros se quejan y el Concello explica el retraso por un informe que determinará si hay que modificar la ordenanza
13 sep 2023 . Actualizado a las 13:33 h.En enero se cumplirán tres años del regreso de los placeros al mercado municipal de Pontedeume. Una de sus principales demandas, desde entonces, ha sido la regulación del aparcamiento en el entorno del edificio, para facilitar la rotación de vehículos. La solución pasaba por definir una zona azul, de estacionamiento limitado por noventa minutos, pero la pandemia retrasó los planes del Concello. A comienzos de este año instaló por fin los parquímetros, que continúan sin funcionar.
«Nos perjudica, y no solo a nosotros, que quede claro, nos afecta a nosotros y a todo el centro del pueblo. Si tienes que venir a hacer la compra o una gestión y no encuentras sitio para aparcar... y al final, si tienes la posibilidad vas a un lugar con aparcamiento, como son las grandes superficies», argumenta Julio Pérez, presidente de la Asociación de Placeras y Placeros del Mercado Municipal. Entiende que la zona azul paliaría este problema, «porque permitiría una rotación» y evitaría que «la gente que llega más temprano ocupe una plaza durante toda la mañana».
La situación afecta directamente a los propios vendedores de la plaza: «Tenemos servicio de reparto a domicilio y acabamos aparcando en línea amarilla, encima de la acera... no hay otra manera para poder cargar la mercancía». El alcalde eumés, Bernardo Fernández, justifica el retraso en la entrada en funcionamiento de los parquímetros (uno en la plaza do Conde y otro en el párking de El Pescador) por la necesidad de un informe que clarifique «si es necesario o no modificar la actual ordenanza».
«La idea es ponerlos en marcha a finales de este mes o principios de octubre. Si hay que modificar la ordenanza a lo mejor ni siquiera hace falta llevarla a pleno y basta con un decreto de la alcaldía», señala. Los placeros se muestran escépticos. En todo caso, al margen del problema del estacionamiento, el más acuciante, alertan de la falta de ventilación del edificio del mercado.
«Este verano está siendo un horno, no dejaron ninguna ventana abatible, tenemos que dejar abiertas las puertas para que haya algo de corriente. Parece un invernadero. Los motores de las cámaras funcionan permanentemente, con el gasto que supone y el mayor riesgo de averías, y los productos que están fuera también sufren», explica Pérez. Reconoce que la actividad ha sido intensa durante el verano, pero insiste en que «lo más importante es la clientela de todo el año, la de todos los días», mucha de Pontedeume, pero también de Cabanas y Monfero, e incluso de Monfero, Ares o Narón.