Las ganadoras del Memorial Fraga do Eume de cocina: «El premio es para todo el centro»

ANA F. CUBA PONTEDEUME / LA VOZ

PONTEDEUME

Ana Beatriz Carvalho (izquierda) y Carmen Salas, con los platos ganadores
Ana Beatriz Carvalho (izquierda) y Carmen Salas, con los platos ganadores CEDIDA

La vallisoletana Carmen Salas y la brasileña Beatriz Carvalho elogian la profesionalidad del equipo del CIFP de Pontedeume

13 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Carmen Salas (Laguna de Duero-Valladolid, 40 años) siempre había querido estudiar cocina. «Pero, en su momento, mis padres no me dejaron, que si era un trabajo muy sacrificado, que si ya cocinaría para mi familia, que si la universidad y la universidad... y estudié Trabajo Social. Vino la pandemia, venía con un queme muy grande en el trabajo y fue a más, y dije ‘es el momento de quitarme la espinita', pedí una excedencia y empezamos a tirar de los ahorrillos...», resume esta alumna de 2.º del ciclo medio de Cocina y Gastronomía del CIFP Fraga do Eume, en Pontedeume.

Esta vallisoletana asentada en Ferrol y su compañera de clase Ana Beatriz Carbalho (Goiânia-Goiás, Brasil, 19 años) han conseguido el primer premio del vigésimo segundo concurso de Cocina y Coctelería que organiza su centro. Las dos insisten en agradecer el apoyo de todo el profesorado, desde la dirección, y de sus compañeros, que, durante la semana previa al certamen, las liberaron de los tres servicios diarios del CIFP (uno de pastelería y dos de comida, una para el IES Breamo y otro a la carta para la gente que se apunta) para poder «practicar» sus platos, una y otra vez, hasta lograr los resultados que cautivaron al jurado.

«De los cinco de clase nos fuimos dos y los otros tres tuvieron que hacer un sobreesfuerzo grande», elogia Carmen. «Estoy muy contenta, con todas las horas que practicamos y las ganas que teníamos... dejar el premio para nuestra escuela ha sido una alegría enorme», enfatiza Beatriz. Esta joven brasileña dejó su país hace cuatro años y vive en Ferrol. Los fogones le gustan, pero con el ciclo ha descubierto que su verdadera pasión es la dulcería y su plan, a medio plazo, es montar una confitería.

De momento, estas dos estudiantes del CIFP Fraga do Eume se preparan para los tres meses de prácticas. Carmen acudió el viernes a O Camiño do Inglés, el restaurante de Daniel López, para una entrevista —«sería la guindita del pastel, una recompensa al esfuerzo que haces estudiando y no desatendiendo a tus hijos, encajando el tetrix»—; y Beatriz optará por el próximo turno, el que empieza en septiembre —«si tienes un empleo y cotizas durante 365 días te las convalidan»—, y mientras tanto echará una mano en el negocio familiar, la cafetería Xanela, en Santa Icía (Narón). Al concurso acudieron en tándem, tras varios días apurando las horas, alguna jornada hasta las diez de la noche. Y reiteran que «el premio es para todo el centro», por el apoyo que han recibido, la profesionalidad de «todo» el equipo docente y, en especial, «el trato humano».

Fusión culinaria

En la tapa, que bautizaron como Hamburguiño, fusionaron la cocina brasileña y la gallega, y se adaptaron a la celiaquía de Carmen sustituyendo el panecillo por yuca molida. Lo que empezó siendo un bocado acabó en una hamburguesa. En el plato principal, Elas coma rochas, se decantaron por el pescado a baja temperatura, una debilidad de Carmen, con manzana impregnada y panceta caramelizada. Ambas recetas sedujeron a los miembros del tribunal, por el sabor, la textura y la originalidad de las mezclas.

Las dos valoran el premio como «un empujón». «Hay que aprovechar la ola y subirte, no creerte más que nadie, pero tampoco menos», recalca Carmen. Esta chef vocacional confiesa que donde se siente «más cómoda y más feliz» es con las manos en la masa. «Con 15 años hacíamos comidas y ya cocinaba yo», recuerda. Su reconversión laboral sorprendió, sobre todo a los suyos, pero ella confía en poder conciliar su actividad profesional con la atención a su familia: «Debería ser compatible con cuidar a mis hijos, de 8 y 11 años. Ellos son mi motor, han sido una motivación para mí, están súper contentos, es un ejemplo de luchar por lo que quieres y hacer esfuerzos con los tuyos. Alguna vez se vinieron con nosotras al CIFP...».

Jamón y caldo gallego

Beatriz añora las frutas de su país —«aquí no saben a nada»—; considera «un pecado» que en su país «no exista el jamón», su producto favorito de la gastronomía española, seguido del caldo gallego y la tortilla; y se reconoce «golosa». Carmen, de Galicia se queda con los pescados; y de su tierra evoca las frutas, las verduras y las hortalizas de la huerta familiar, y el lechazo criado en su casa. «Ser celíaca sale muy caro —constata—, pero con producto fresco y de temporada puedes comer bien y sin tanto gasto».