Teresa Tenreiro, comerciante: «Con las redes estás disponible las 24 horas, pero es tu negocio»

María Meizoso PONTEDEUME

PONTEDEUME

Cedida

Sus padres abrieron Confecciones Martiño, en Pontedeume, en 1960. Ahora ella está al frente

22 may 2021 . Actualizado a las 16:49 h.

La de Teresa Tenreiro es toda una historia de superación. De seguir adelante y de conservar la ilusión. Por varias razones. Es autónoma y desde el año 2010 está al frente de Confecciones Martiño en Pontedeume, negocio que pusieron en marcha sus padres en 1960. Es madre de familia numerosa. Con tres hijos de 8, 6 y 5 años, conciliar no es «nada fácil», al tiempo que reconoce que «sin la ayuda de la familia y sin esa otra mitad que es mi marido no podría hacerlo». Y si eso no fuera suficiente, hace dos años le tocó librar una de sus grandes batallas, la del cáncer: «Me diagnosticaron dos tumores distintos y pasar por todo eso me cambió la forma de pensar. Fue un punto de inflexión, te vuelves menos miedosa. La vida me mostró cuáles son las cosas realmente importantes», recuerda.

-Malos tiempos para el sector, pero sus ganas se mantienen intactas. ¿Cómo lo consigue?

-A mí me encanta el trato con el público. Es lo que más me gusta de esta profesión. Al final, mi trabajo va mucho más allá de lo que se ve, no es solo lo que se hace en la tienda. Esto empieza escogiendo las colecciones y yo ya estoy comprando el invierno que viene. A veces pienso que soy un poco masoca porque hay que invertir mucho dinero en esa mercancía, pero me sigue ilusionando, es esa adrenalina que se vive con cada temporada y que me sigue motivando.

-Aváncenos algo de lo que nos vamos a poner en los próximos meses.

-Parece que la tendencia en pantalones cambia y van desapareciendo los pitillos. Empieza a ganar terreno los más anchos, ya sin tanta licra y tipo mum fit. Además, nos hemos vuelto, en todos los rangos de edad, mucho más sport. Abusamos más de las sudaderas y prendas de punto. También la gente mayor se viste mucho más juvenil. De hecho, nosotros estamos cambiando un poco el estilo de ropa porque veíamos que nos apagábamos.

-Nuevos aires para su tienda. ¿Qué idea tiene?

-Quiero mantener ese público de mediana edad, pero abriéndonos más a los más jóvenes. Dejamos un poco esas prendas de vestir y de bodas para ser una tienda con muchas marcas de buena calidad. E introducimos pequeños detalles como gafas de sol, complementos, bisutería e incluso decoración.

-En esta nueva etapa, ¿qué importancia cobran en su negocio las redes sociales?

-Hoy en día si no tienes esa presencia estás en el olvido. Yo empecé poco a poco con el Facebook y después también con Instagram. Y al final funciona porque personas de tu entorno te llaman o guasapean para preguntar por las prendas. Es verdad que estás disponible las 24 horas, pero cuando es tu negocio no te importa.

-Echemos la vista atrás. ¿Se veía en esto ya desde pequeña?

-No puedo decir que lo tuviera claro desde siempre, pero sí es cierto que me crie ahí. Recuerdo los sábados, con el feirón, con un montón de gente y tenía que ir a echar una mano. Aunque fuera solo para doblar jerséis. Era pequeñita, pero ya ayudaba. Y, al final, te acaba enganchando. Tenían que venir hasta mis tíos a ayudar. Llegamos a tener hasta cinco empleados. Ojalá el pequeño comercio se recupere.