Las rías de Pontedeume y Ortigueira, cerradas al marisqueo por la toxina

ANA F. CUBA PONTEDEUME / LA VOZ

PONTEDEUME

JOSE PARDO

El parón es cautelar en el caso eumés y dura desde el 24 de abril en la ría ortegana

05 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El cierre cautelar del marisqueo en Pontedeume, por el alto índice de toxinas lipofílicas detectado en el exterior de la ría de Ares-Betanzos, ha dejado en tierra desde el día 29 de mayo a los profesionales del sector, 15 a pie (pendientes de la incorporación de otros cinco, que suplirán las jubilaciones) y 22 a flote (en 16 embarcaciones). Ya habían sufrido esta situación entre el 22 de abril y el 1 de mayo. «Llevábamos dos años sin un episodio así, que obligue a interrumpir la actividad extractiva», señala Isidro Fernández, secretario del pósito.

Las mariscadoras de Cariño y Espasante tampoco han podido faenar desde el 24 de abril, cuando se advirtió la presencia de un exceso de toxinas lipofílicas en la ría. A diferencia de Pontedeume, «aquí suele haber cierres en primavera; el año pasado fue el que más duró, desde abril hasta mediados de junio», como indican desde la cofradía cariñesa, con nueve mariscadoras en activo (de las 15 con permiso de explotación para este recurso).

Pero, ¿qué son las toxinas lipofílicas? «Derivan de una concentración excesiva de fitoplancton [los organismos vegetales del plancton] de una determinada especie, que hace que el bivalvo que lo ingiere no lo elimine en el proceso de depuración normal [por lo que no es apto para el consumo]», explica Fernández. La medida, en el caso de Pontedeume, es cautelar, puesto que los niveles detectados en el interior de la ría se sitúan por debajo del máximo autorizado. «Pero al ser elevados fuera, el protocolo marca que se aplique así», abunda. Santiago Salgado, patrón mayor del pósito eumés, cree que es la primera vez que se restringe el marisqueo «de manera preventiva». «Por eso nos fastidia un poco más, a ver si al menos podemos recuperar los días perdidos durante el verano. Espero que levanten la prohibición esta misma semana», comentaba ayer, pendiente del resultado de los análisis de las últimas muestras.

Aumento de las temperaturas

Salgado teme que este tipo de fenómenos se dé cada vez con mayor frecuencia, por el progresivo incremento de la temperatura. «Las algas se descomponen más y la tendencia es que cada vez ocurra en períodos más largos», sostiene. El problema, subraya, «es que los gastos son los mismos [cotizaciones a la Seguridad Social o impuestos] y no se generan ingresos». Aprovechan los parones para realizar trabajos de regeneración y mantenimiento del banco marisquero.

En el caso de Espasante, las recolectoras también se dedican a «facer traslados de semente e limpar o argazo que se cría na primavera e que afoga o marisco, hai que sacárllelo», apunta Trasancos. Eso sí, constata, «sen cobrar nada», con la esperanza de que la campaña estival «compense» este tiempo de inactividad, ya cerca del mes y medio.