Cuando llega el verano los pueblos dejan notar su esplendor en fiestas y celebraciones y los forasteros acuden buscando los iconos urbanos. Pontedeume, el pasado fin de semana, se convirtió en escenario único por su Feria Medieval, que recordaba con escudos colgantes más de un siglo de su estética tradicional. Se instalaron cientos de chiringuitos con indumentarias de aquellas épocas ocupando plazas y calles, a pesar de las intensas lluvias que caían por momentos sobre la villa de los Andrade. Pero los vecinos, mayores y pequeños, se ataviaron con trajes, escudos y espadas de los Irmandiños, conformando estampas irrepetibles de recreación y actividades históricas.
Esta vez la Plaza del Mercado con el Torreón luciendo como edificio emblemático fue el centro de diversión y acaparó la atención por lo avanzado de las obras de restauración de color blanco nácar de su estructura, ello luce el sello de una corporación municipal con un nuevo mobiliario que saluda a los transeúntes. También era atractivo el recorrido multitudinario por las empinadas calles con sus arcos hacia la plaza del Ayuntamiento, repleta de cafeterías a donde acuden gentes vestidas con variopintos colores, con la sensación de haber hecho ya el día.
Este pueblo tiende puentes entre sus orillas con Cabanas y Ares, y tiene playas y cámpings con vacaciones baratas. La gastronomía basa su cocina en los productos del mar. Hay lugares importantes como Centroña, con restos de villa romana, la espléndida playa de Ber, con un horizonte infinito de mar y cielo, donde se suelen avistar más de un centenar de especies de aves, y playa del despelote en Boebre. Luego están las fiestas de San Miguel de Breamo, donde se levanta una capilla románica; As Peras, que duran una semana y ostentan el honor de una comida enxebre y excursión por el río Eume y por la ría; la procesión de la Virgen del Carmen, seguida por muchas embarcaciones menores y que suele terminar con una sardiñada y jolgorio general.
Estos son los perfiles generales de Pontedeume en un verano que comienza con placeres que cada año van ganando adeptos y que espera a quienes buscan un turismo que pueda sorprenderles con un regalo a la vista de un pueblo respetuoso con el medio ambiente, con aventura por el río Eume en el que buscan la mayor potencialidad de este espacio a través de un plan autonómico de movilización de recursos forestales.