La familia de Eduardo Rodríguez Pérez, Edu, queremos agradecer efusivamente a todo el pueblo de Pontedeume todo el cariño que le ha dado ao noso Neno.
Fue la persona más feliz del mundo y no lo fue por casualidad: fue feliz porque todos vosotros formasteis parte de su vida. Cualquier limitación que pudiera haber tenido desaparecía si allí había un eumés. Nadie pudo haber recibido más cariño que él, y nadie pudo darnos tanto cariño como el que nos dio él. La vida de Edu fue una celebración de vosotros y gracias a vosotros. Su mayor patrimonio era presumir de sus amigos y de su pueblo.
La vida de Edu también fue una celebración de Pontedeume. Nada le hacía más feliz que sus fiestas. En cuanto acababa una empezaba una emocionante cuenta atrás hasta la siguiente: de la Semana Santa a Las Peras y Navidad. Realmente, con que tocara la Charamela, cualquier día era Carnaval. Muchísimas gracias a toda la banda, por el homenaje de su despedida y por todos estos años.
La verdad es que no podríamos hacer una lista de agradecimientos sin pedirle el padrón al alcalde. Nuestra familia siempre estará en deuda con todos vosotros.
Edu solía decir: «Eu non vou morrer nunca». Tenía razón. Primero, porque en vida ya se ocupó de hacerlo inmortal en la literatura un vecino que también se nos fue antes de tiempo. Así que moitas grazas, Ramiro Fonte. Y segundo -y lo más importante- Edu nunca va a morir porque tanto amor es imposible que desaparezca. «¡Pa! Y adiós, Neno, hasta siempre».