«El patrimonio que atesora Ortegal aún sigue siendo un gran desconocido»

Ramón Loureiro Calvo
ramón loureiro FERROL / LA VOZ

ORTIGUEIRA

Ingeniero de profesión, Manuel Bouzamayor nació en Ortigueira hace 64 años
Ingeniero de profesión, Manuel Bouzamayor nació en Ortigueira hace 64 años JOSE PARDO

Afirma que «la arqueología gallega siempre estará en deuda con Federico Maciñeira»

17 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente de la Asociación Cultural Terras do Ortegal, Manuel Bouzamayor Riola, nació en Ortigueira hace 64 años. Ingeniero de Obras Públicas, su profesión le deparó —entre tantas otras cosas— un profundo conocimiento de todo el territorio gallego que, confiesa, lo llevó a sentirse cada vez más unido a los paisajes de su infancia y a todo cuanto cobró vida en ellos. «El patrimonio que atesora Ortegal sigue siendo aún un gran desconocido», dice Bouzamayor, al tiempo que subraya la importancia de apostar por la cultura como una puerta abierta al futuro.

—Usted reivindica siempre la figura de Federico Maciñeira y Pardo de Lama, el investigador que dio a conocer al mundo el valor de los yacimientos arqueológicos de las tierras orteganas.

—Sí, por supuesto. Para nosotros, Federico Maciñeira es un verdadero ejemplo. La arqueología gallega siempre estará en deuda con él. Fue una figura fundamental, y no solo en el ámbito científico, como bien se sabe.

—Maciñeira reclamó mejores comunicaciones, buscó nuevos cauces para el desarrollo económico de la comarca...

—Claro. Y ese es el camino a seguir. Él nació en pleno sigo XIX, pero su figura, y todo cuanto llevó a cabo, sigue estando de actualidad. De hecho, nos gustaría que se pudiese poner en valor todo su legado, y que sus hallazgos arqueológicos pudiesen estar expuestos al público. El patrimonio cultural que posee Ortegal tiene que ser también un motor de desarrollo para toda esta zona. Pero para que lo sea hay que apostar por él decididamente.

«Conocer y escuchar a Carmen Martín Gaite y a Juan Benet fue un verdadero regalo»

Gran lector y profundo conocedor de la literatura española, su labor como ingeniero le permitió a Manuel conocer muy bien a uno de los más grandes escritores del siglo XX, Juan Benet, que compaginó el ejercicio de la ingeniería con la creación literaria.

—¿Qué recuerdos guarda de Benet?

—Recuerdos, de él, guardo muchísimos. Sobre todo me acuerdo con un gran afecto de tantas y tantas sobremesas en las que todos lo oíamos embelesados. Juan Benet fue un excepcional narrador y un conversador magnífico, y escucharlo era una auténtica maravilla.

—¿Cómo lo conoció?

—Lo conocí en los años ochenta, mientras construíamos un embalse en el Xallas. Él, que era mi jefe, venía a Galicia con frecuencia. En ese tiempo surgió su afecto por Cee, localidad a la que yo mismo me siento muy unido

—También trató usted mucho a Carmen Martín Gaite.

—Así es, en efecto. Y a ella la conocí precisamente a través de Benet. Ya sabe usted que a ambos los unía una extraordinaria amistad, cuya memoria también tiene un lugar propio en la literatura española. Y por cierto: cuando Benet ya había fallecido, Carmen Martín Gaite siguió viniendo a Galicia, volvía a Cee. Poder conocerlos, tratarlos y escucharlos fue, para mí, un verdadero regalo. Eran dos escritores extraordinarios en todos lo sentidos. Con Benet aprendí a valorar lo que de verdad es la gran literatura.

«Donde las comunicaciones son malas, es inútil pedir que se creen empresas»

Una de las cuestiones que más preocupa a Manuel Bouzamayor es la carencia de las comunicaciones necesarias para lograr que Ortegal pueda relanzar, como comarca, su economía. «Donde las comunicaciones son malas —subraya—, es inútil pedir que se creen empresas. A un empresario, aunque le regales el suelo, no puedes pedirle que se instale en una zona aislada. Parece increíble, pero la carretera que llega a Ortigueira todavía sigue, prácticamente, un trazado del siglo XIX. Vivimos en el tiempo de las grandes autovías».

—¿Qué sería, ahora, lo más urgente?

—Pues cambiar esa situación, por supuesto. Ortegal es una comarca que se ha visto abandonada por todo tipo de administraciones públicas. Y eso tiene que cambiar. Ortigueira llegó a ser, en los años cuarenta, por población, el séptimo municipio de Galicia; y fíjese usted en cómo está hoy, y a dónde nos está llevando la despoblación. Eso no sucede por casualidad. Sucede porque no se crean las condiciones para que toda esta comarca pueda tener futuro. Y lo primero sería ponerle fin al déficit de comunicaciones que sufrimos. Lo más urgente es eso.

—La comarca de Ortegal es un ejemplo en Galicia en lo que atañe a la preservación del paisaje.

—Es verdad, sí. Aquí no se ha destrozado el paisaje como se ha hecho en otros lugares de Galicia. Ortegal entero es un paraíso. La gente viene y se queda asombrada. Hay quien, tras conocer esto, no quiere marchar jamás. Pero volvemos a lo mismo. Para aprovechar todo ese potencial que tenemos como comarca, un potencial del que forman parte tanto el paisaje como nuestro patrimonio cultural, Ortegal no puede seguir sufriendo el aislamiento que sufre. No podemos continuar así.