La humedad amenaza la biblioteca de Ortigueira y hace urgente su reforma

A. F. C. ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

El deterioro de las salas se acelera por los problemas de aislamiento del edificio

04 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La humedad generada por las filtraciones de agua, a través de los canalones interiores, las juntas, las cornisas o algunos ventanales, acelera el deterioro de la Biblioteca Municipal Juan Fernández Latorre, inaugurada en 2004 (en enero la planta alta y en diciembre, la baja). El mal estado del edificio hace urgente una intervención integral, en el exterior -en la fachada principal se ha desprendido el recebado en varios puntos y en los laterales se observan las grietas por las que se cuela el agua- y en el interior.

Los efectos de la humedad se evidencian en todo el inmueble, desde la entrada, con desconchones de pintura en las paredes, hasta la hemeroteca, la sala infantil (en un lateral de la cubierta entra la luz y, por tanto, también el agua, por varios puntos) y la de reuniones, o la recepción, con la pintura desprendida y ennegrecida en las zonas más próximas al techo y fragmentos de la chapa que recubre algunas paredes hinchados o ya quebrados. Los baños de la planta baja llevan más de un año cerrados (salvo el de personas con discapacidad), con la pintura levantada y la pared sucia, de color verduzco.

El deficiente aislamiento hace que ya presenten daños elementos nuevos, como las ventanas de las salas infantil y de reuniones, y las de la hemeroteca. Según indican desde el Concello de Ortigueira, en el año 2001 se firmó un convenio de colaboración con la Consellería de Cultura, por 17 millones de pesetas, para financiar la reforma del escolar viejo para convertirlo en biblioteca. Al año siguiente se incluyó una partida de 192.164 euros del POS de la Diputación para completar las obras de acondicionamiento; y se firmó un convenio con la Administración provincial, por 240.000 euros, para el equipamiento. Entre 2004 y 2005 se renovó la cubierta, con 60.000 euros de fondos municipales; en 2012 se invirtieron otros 60.700 euros del POS en varias mejoras; y en 2018 se incorporó otro proyecto en este mismo plan provincial, por importe de 40.000 euros, para reparar la cubierta, que aún no se ha ejecutado.

Pero el deterioro avanza y una parte del falso techo de la sala de ordenadores tuvo que reponerse de urgencia porque entraba agua. La planta alta es la menos dañada, aunque hay manchas de humedad, y el archivo es el único espacio preservado, dado el valor y la vulnerabilidad de los documentos, con deshumidificadores funcionando de manera permanente. El alcalde, el socialista Juan Penabad Muras, anuncia que se destinará una partida del POS de 2020 «á rehabilitación integral da biblioteca». Hay usuarios que ya se quejan del mal olor que desprenden las salas, del que también se impregnan los libros.