Ortigueira llora la muerte de Mónica Camba, maestra e integrante de la Escola de Gaitas

LA VOZ ORTIGUEIRA

ORTIGUEIRA

CESAR TOIMIL

«Era una mujer alegre y vital, se llevaba muy bien con los niños», evocan compañeros del CEIP José M.ª Lage

13 mar 2019 . Actualizado a las 09:39 h.

Ortigueira llora el fallecimiento de Mónica Camba Díaz, que será enterrada esta tarde en el cementerio de Santiago de Mera (el funeral se oficiará en la iglesia parroquia de Santa Marta). Tenía 46 años y era maestra, como su padre, Manuel, originario de Merille (Ourol), que recaló muy joven en la escuela unitaria de Mera de Arriba. Allí conoció a su mujer, Concepción, de Mera de Abaixo, y tras la construcción del CEIP José María Lage, se trasladaron a la villa. El primer destino de Mónica, licenciada en Filología Inglesa, fue en Boiro, como recordaban ayer compañeras del colegio ortegano, donde trabajaba desde hace 11 años (antes impartió clases en Cedeira o As Pontes).

«Era muy activa y muy alegre, los niños la echan mucho de menos [llevaba de baja desde octubre], hablaba con todo el mundo y con los niños se llevaba muy bien. Era muy trabajadora y muy responsable», cuentan en el CEIP. Desde el curso pasado, cuando cambió la directiva del centro, se hizo cargo del comedor. «Estaba encantada, y los cocineros igual con ella, siempre preocupada por los menús, por traer productos de primera calidad», abundan. «También era muy fiestera, le gustaba salir los viernes, quedar con los amigos. Siempre estaba ahí», resume otra docente, con la voz entrecortada.

La Escola de Gaitas de Ortigueira ha sido su otra casa. «Fue gaiteira muchos años, desde jovencita, y sus hijas están en la banda, una toca la gaita y otra la pandereta. Ha estado toda la vida vinculada a la Escola [formaba parte de la actual directiva, como vocal], colaborando en el festival, siempre con las bandas... Era una persona de diez», sintetizaba ayer Bruno Lozano Novas, presidente de la entidad.

Homenaje en el Son Cervexeiro

La muerte de Mónica llegó a pocos días del Son Cervexeiro, programado por la Escola de Gaitas para el sábado. «A primeira decisión foi aprazalo, porque non temos gañas nin humor para a festa, pero algo nos dixo a todos a mesma frase: ‘Mónica non nos deixaría aprazar nada’», explican. Y han optado por mantener la cita y convertirla en un homenaje a su amiga, la vecina a la que llora Ortigueira, «una mujer comprometida y amable, que siempre saludaba y hablaba con todo el mundo, muy querida».