La comisión de fiestas ha querido dar voz a este símbolo de Espasante, que narra su historia en primera persona para divulgar una tradición que data del siglo XVIII
09 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.«Hola a todos. Mi nombre es Antón y, como ya sabréis, vivo en el Porto de Espasante, un pequeño pueblo marinero del municipio de Ortigueira. Mi historia comenzó nada más y nada menos que en el siglo XVIII, cuando los vecinos quisieron construir una capilla en honor a San Antonio y decidieron criarme entre todos para recaudar fondos». Este es el primer párrafo del relato firmado por «O Porco Antón», que cualquiera puede leer si se acerca al recinto donde se cría el gorrino.
Cristina Fustes, que forma parte de la comisión de fiestas de este año, junto a Sergio Lamelas e Iván Díaz, se puso en la piel del cerdo para narrar, en primera persona, su origen y su forma de vida. «En Espasante no había ningún sitio donde se explicara esta tradición; los de aquí la conocemos, pero la gente que viene por primera vez nos pregunta. Es una manera de promocionarlo. Por cierto, el cartel lo costeó el Concello», apunta.
Estos tres jóvenes, nombrados para la organización el pasado 13 de junio, han decidido potenciar las redes sociales, «para que la gente de los pueblos de al lado o incluso la de aquí que vive fuera, y cualquier otra persona, sepan cosas del cerdo». La difusión que logran a través de Facebook e Instagram también les ayuda a la hora de recaudar fondos para las fiestas de 2019, con la venta de camisetas, llaveros y pulseras, además de las clásicas rifas. «Utilizamos las redes para anunciar dónde estaremos vendiendo, es una manera de quedar con la gente», señala Cristina.
Un as de las redes sociales
Este año, Antón recaló en Espasante a mediados de julio. «Y hasta el mes de enero, son la comisión de fiestas y los vecinos los que se encargan de mi cuidado. ¡Y vaya si lo hacen! ¡Estoy encantado!», confiesa. El puerco no se pierde ningún evento. Durante la Canción de Tasca se hizo más presente que nunca en la localidad, gracias a la campaña emprendida por la comisión para que «todo el mundo llevase la camiseta en homenaje de Antón». Él mismo los invitó a secundar la iniciativa desde las redes, que domina como corresponde a un cerdo nativo digital.
«Mi día a día es muy divertido [...], campo a mis anchas por las calles en busca de las sobras de las comidas [...], e incluso me permito el lujo de darme un baño en el mar, no sin antes haberme revolcado en la arena, aunque tampoco os extrañéis si lo hago en vuestras toallas», advierte. Para acabar con un guiño a Espasante, «un paraíso». «Los turistas se enamoran de su gente, sus calles, sus playas, ¡y hasta de mí!», concluye, antes de dar las gracias por los mimos y el cariño. En las redes lo cuenta casi todo y sus seguidores no se pierden ni una entrada. De hecho, Cristina recuerda cómo añoraron sus comentarios durante los cinco días que pasó malito, al poco de llegar.