Ya pululan los «folkies» por Ortigueira

A. F. C. ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

I. F.

Mientras se apura el montaje del escenario de la Alameda y aterrizan en Morouzos los primeros festivaleros, se ultima el dispositivo de seguridad del Mundo Celta

10 jul 2018 . Actualizado a las 09:42 h.

«Es nuestra tercera vez consecutiva, y no será la última», advierten Paula y Raquel, madrileñas de Valdemoro y avanzadilla de un grupo de unos 30 locos por el Festival Internacional do Mundo Celta, que cumple 40 años y 34 ediciones. Recién aterrizadas en el pinar de Morouzos, a pleno sol, sonríen: «Es el paraíso, la playa, el monte, los conciertos. Cada año venimos antes, tres días, cinco... y esta vez ya una semana». El gran desembarco folkie no se espera hasta el jueves, pero por las calles de Ortigueira ya se paseaban ayer los primeros festivaleros, surtiéndose de hielo y bebida en las tiendas. Mientras, en la Alameda se apura el montaje del escenario por el que pasarán quince bandas desde la noche del jueves hasta la del domingo.

Los accesos a Morouzos llevan ya tres días cortados y las zonas de aparcamiento, en los accesos a la villa, están valladas. Adriana, profesional del tatuaje, de La Rioja, y su amiga Carmen, estudiante madrileña, han enganchado el Camino de Santiago, desde Bilbao, con el Mundo Celta. «Venimos a pasarlo bien, nos lo han recomendado mucho, mi madre vino al festival y me hablaba mucho de Ortigueira», cuenta la riojana. Cuatro décadas dan para más de un relevo generacional. Pero pocos folkies lo habrán sido desde tan jóvenes como Javier, madrileño con familia en Ferrol. Tiene 25 años y su primer Mundo Celta fue hace 19, cuando solo contaba seis. «Vine con mi tío, ferrolano, y no he parado. Fue mágico y quise repetir, una y otra vez. Con 16 ya vine solo y en el autobús me encontré a una gente de Alcalá de Henares, mi ciudad... Luego convencí a unos amigos, que se engancharon como yo, y llegarán mañana [hoy]». El bosque, la playa, la música celta. «Todo impregna este festival de un aura mágica», insiste. Hasta la gastronomía: «La cerveza es barata, el licor café es el mejor que he probado nunca, y he viajado bastante, y la carne de buey del puesto del mercado es buenísima, he comprado un costillar y me han regalado unos chorizos para probar». En el otro flanco del Mundo Celta, los jardines del Malecón, los artesanos limpian las casetas para la feria.

La bolsa de empleo

Las terrazas del centro ya se van llenando. «Por fin ha llegado el sol», agradecen los hosteleros, cansados de un otoño que parecía eterno. La organización, a cargo del Concello, también aplaude el buen tiempo. El dispositivo de seguridad, ya esbozado, se ultimará esta mañana. Las empresas que necesiten personal para estos días -hostelería, auxiliares de aparcamiento, mantenimiento, etcétera- ya pueden recurrir a la bolsa de empleo abierta por el Ayuntamiento para el festival, con 57 inscritos. Y quienes no hayan retirado aún los pases para acceder en coche a las zonas restringidas pueden acercarse a la oficina de turismo. Todo marcha.