El corredor costero, en pleno proceso de desaceleración

CHEMA CORRAL FERROL / LA VOZ

ORTIGUEIRA

ÁNGEL MANSO

La Xunta presentará en marzo la nueva planificación de la VAC

25 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Surgió como respuesta al malestar social generado por el desvío interior de la autovía Transcantábrica. «Unha aldraxe» que la Xunta de Fraga trató de compensar con el anuncio, en pleno cambio de siglo, de una vía de alta capacidad (VAC) por la Costa Norte.

¿Es tan necesario el corredor costero?

Cualquier vecino del Ortegal y cualquiera que recorra a diario la AC-862 respondería sin dudarlo que sí. A pesar de las mejoras realizadas, la sinuosa carretera actual ha quedado obsoleta. El viaje desde Ortigueira hasta Ferrol, donde se sitúa el hospital de referencia, lleva alrededor de una hora. Por si esto fuera poco, la falta de comunicaciones lastra el desarrollo económico de la comarca. Afecta al asentamiento de empresas, al turismo...

¿Cómo evolucionó el proyecto?

Inicialmente se planteó combinar tramos mejorados de la AC-862 y trechos de vía rápida. Pero la oposición de los concellos no tardó en tumbar esta propuesta. Exigían que todos los tramos tuvieran características de corredor. En la etapa de Pérez Touriño se añadiría la coletilla de «desdoblable como autovía». Lo que acabó disparando el coste de esta vial de 85 kilómetros. Con paradas y acelerones, según la coyuntura política, se fueron completando trazados, si bien las revisiones y cambios se sucedieron sin tregua. Y así, 17 años después del arranque, con un tercer presidente, trechos como la variante de Viveiro sigue perfilándose, a falta de consenso.

¿Qué parte está hecha?

Del total de la vía solo hay dos trechos en servicio, apenas 17,5 kilómetros. El primero en inaugurarse fue la variante de Ortigueira, de 8,4 kilómetros, entre el polígono de Cuíña y Espasante. Se abrió al tráfico en julio del 2013 y los datos del plan de aforos constatan la escasa capacidad de captación del vial. Ayudó a alejar el tráfico pesado de la villa, pero poco más. La intensidad media diaria ronda apenas los 1.127 vehículos El segundo, de 7,9 kilómetros, entre Area (Viveiro) y Beltrán (Xove), se abrió en enero del 2017. En definitiva, dos tramos aislados, que rondaron los 50 millones de euros cada uno.

¿Por qué tanta lentitud?

Por cuestiones económicas. Con un presupuesto global que supera los 600 millones de euros, la consellería lo considera un proyecto inabordable a corto plazo. El último avance en el tramo coruñés fue la adjudicación en julio del 2016 de la asistencia técnica para la realización de expropiaciones entre la AG-64 y Sanguiñeira (San Sadurniño). Pero desde el departamento de Ethel Vázquez reconocen que ni siquiera se han iniciado. El presupuesto necesario para expropiar las 390 fincas del proyecto es de 5,4 millones. Y como en alguna ocasión apuntó la conselleira: «Temos que facer o que podemos pagar, igual que as familias».

¿Se terminará algún día?

Esa es la gran incógnita. Desde la Xunta reiteran su compromiso de sacar adelante esta infraestructura. Pero año a año las cifras reservadas en los presupuestos menguan y lo consignado no se gasta. Y los plazos de finalización anunciados vencieron uno tras otro: 2007, 2015 y 2017.

La Xunta ultima una nueva planificación ajustada al actual momento, que permita avanzar la obra y mejorar las comunicaciones de todo el norte de Galicia. Un reto al que aseguran no renunciar. Esa nueva planificación se presentará a los alcaldes en la primera semana de marzo.