Ramón Sainero: «Los caminos mágicos, como el de Teixido, existen desde la antigüedad»

Ramón Loureiro Calvo
ramón loureiro FERROL / LA VOZ

ORTIGUEIRA

JAVIER PIÑEIRO

El investigador vuelve a dirigir su mirada a Galicia, tierra que ya siente como suya

21 nov 2017 . Actualizado a las 00:20 h.

Ramón Sainero (Madrid, 1944) nació, permítasenos el desenfado, un tanto lejos del mar. Pero eso no le impidió sentir desde muy joven la llamada del más literario de los océanos, que es el Atlántico. Del océano y, claro está, de las tierras a las que abraza. Muy particularmente de la Galicia del Norte, cristianizada entre los siglos V y VI por lo que los historiadores franceses llamaron los «obispos errantes» -como el legendario Mailoc, prelado celta donde los haya-. Y también es un gran enamorado de Irlanda. Profundo conocedor de la lengua gaélica irlandesa, y sin duda uno de los mayores expertos en su literatura, Sainero, que dedicó su vida a la cátedra universitaria y a la investigación, sigue tan activo como siempre. Continúa trabajando como «profesor emérito» y publicando un libro tras otro.

Libros que suele escribir en su casa de Ortigueira, donde pasa gran parte del año. Su mágico universo -y, por favor, en este caso nadie vea en ese adjetivo, mágico, una contradicción con el carácter científico de las investigaciones de Sainero; no ese es el sentido que uno quiere darle aquí a la palabra- tiene dos grandes epicentros: San Andrés de Teixido, en las tierras del Ortegal, y las Islas Aran, en Irlanda.

-¿En qué está trabajando ahora, concretamente?

-Pues mire usted: en estos momentos estoy a punto de publicar un libro sobre los caminos mágicos del occidente atlántico.

-Caminos que en algún caso pasarán por Teixido, supongo...

-Supone usted muy bien. San Andrés de Teixido es una puerta entre dos mundos desde mucho antes de la llegada del cristianismo. De hecho, la tradición pagana sigue muy presente allí.

-¿Es usted creyente?

-Creo en Dios, sí. Soy creyente, y creo en el Dios de todas las grandes religiones de paz, que es el mismo dios. Aspecto sobre el que usted me pregunta, supongo, porque quiere saber hasta qué punto me conmueve volver a un lugar como San Andrés, muy presente también en los caminos del mar, puesto que frente a él ya pasaban las naves que en la antigüedad venían desde el Mediterráneo y se dirigían, después, a las Islas Británicas. La verdad es que a mí me conmueve muchísimo estar en San Andrés de Teixido, porque allí la naturaleza, que es algo impresionante, desde las rocas hasta los árboles, me emociona. Eso también es mágico. Y los lugares mágicos siempre hacen que veas el mundo de otra manera, que puedas mirar más allá. Esa es una de las razones por las que los caminos mágicos, como el de Teixido, existen desde la antigüedad.

-Arraigada vocación del ser humano, la de peregrinar...

-Claro que sí. La humanidad ha peregrinado desde tiempos muy remotos, y no deberíamos olvidar que, como ha sucedido siempre, el peregrino ha de ser ayudado en su viaje, ha de ser protegido. Tanto el que peregrina a Santiago como el que se dirige a donde el mundo termina.