El buen tiempo adelanta la temporada turística en Ortegal

a. f. c. ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

CEDIDA

Los hoteleros constatan mayor actividad que en otros años

08 jun 2017 . Actualizado a las 16:28 h.

«Tuvimos en comedor lleno el sábado y el domingo a mediodía», «nos llamó la atención la cantidad de extranjeros que hubo estos días», «veu case tanta xente coma na ponte de maio». Son comentarios de hosteleros de la comarca de Ortegal, que han visto, con cierta sorpresa, cómo se llenaban sus establecimientos el primer fin de semana de junio. El buen tiempo parece haber adelantado la temporada turística en la zona. «Antes de la crisis, junio era un avance del verano», constatan desde la oficina de turismo de Ortigueira.

En San Andrés de Teixido, el domingo se cruzaron dos autobuses con sendas excursiones. «Fóronse uns e xa logo apareceron outros, pero moito non compraron», se quejaba una vendedora. Sí se detuvieron en el puesto de miel y después en uno de artesanía. «Vimos de Cangas, nunca estivéramos aquí e encántanos, a paisaxe é espectacular», comentaban un grupo de jubiladas.

«É xente de paso, ao mellor non consume moito, pero polo menos ves movemento», apuntaron en un negocio de O Barqueiro. En el aparcamiento del faro de Estaca de Bares coincidieron coches, furgonetas y autocaravanas con matrículas de Francia, Holanda, Dinamarca, Reino Unido e Italia. Algunos ya habían estado antes en el faro del cabo Ortegal. «Hemos comido en Cariño y ahora vamos a seguir hacia Viveiro», comentaba una familia francesa. La presencia de extranjeros en la zona es creciente, como certifican en las oficinas de turismo. También destacan el impacto del Camino de Santiago. «Cada vez hay más gente que lo hace o que ya lo ha recorrido tantas veces que busca rutas alternativas y acaba pasando también por aquí», comentan.

El banco de Loiba

Algunos caminantes se acercan a Loiba, igual que muchos excursionistas, para ver el mejor banco del mundo y comprobar si realmente merece la pena. «Un lugar precioso», reconocía el sábado una pareja ourensana, dispuesta a estacionar el automóvil y recorrer la costa, hasta la playa de Esteiro, en busca de otros bancos y otros miradores.