El Festival do Mundo Celta ha dejado buenas sensaciones

ANA F. CUBA ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

ÁNGEL MANSO

El sol y el calor, protagonistas inesperados de cuatro jornadas de música y diversión

18 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Decenas de vecinos de la travesía Escola de Gaitas y A Penela abrieron puertas y ventanas para ver y grabar el desfile de bandas de las naciones celtas. «Este es nuestro festival, a la Alameda no vamos, eso no es para nosotros», comentaba una septuagenaria, sin perder detalle de la marcha de los bretones Bagad Sonieren Bro Dreger. «Ahora viene la Escola de Gaitas», avisaba su marido. A menos de un metro, tres folkies devoraban filetes empanados y ensalada; y en otra terraza una pareja rebañaba el plato de zorza con patatas. Todo bajo un sol radiante y mucho calor, protagonistas inopinados y muy aplaudidos del Mundo Celta.

Los festivaleros, con la mochila a cuestas, buscaban la sombra camino del aparcamiento. Bibi, Héctor, Carolina y Alberto, feneses, se quedaron «atascados» en medio del desfile. «El ambiente ha sido mejor que otros años (...). Venimos desde los 18, antes íbamos a Morouzos, ahora ya no», comentaban. «Me encanta este festival, el sitio es increíble y cada año mola más», opina Laura, madrileña. Su amiga Marta apunta con acierto que «hay tantos festivales como tú quieras». Unos lo viven en Morouzos, sin apenas salir de la acampada, más allá de la playa, en tres o cuatro días; otros se mueven por la música y muchos alternan, bosque de día, conciertos de noche.

Pero la diversión no acaba con la última banda. La juerga se alarga hasta el amanecer en los locales de la villa. La charanga coruñesa Malandros Escola de Samba recorrió el malecón, la Alameda y varias calles la noche del sábado, con María Quintiana de guía. «Cuando acaben los conciertos queremos montar la fiesta en el centro del pueblo». Y es que «o mellor festival do mundo», como lo definió Susana Seivane, se nutre de la diversidad y como apuntan Raquel y Carmen, folkies noveles, «aquí no sobra nadie».

Establecimientos hosteleros y tiendas constatan un aumento de las ventas este año

Solo la organización se atreve a dar un número de asistentes al Mundo Celta -estiman unas 90.000 personas-, pero casi nadie cuestiona que este año ha acudido «bastante más gente» al Festival de Ortigueira que en las últimas ediciones, lejos aún «de aquellos años en los que no cabía ni un alfiler por las calles». La mayor afluencia se refleja en las ventas de tiendas y negocios hosteleros. «Sí, hemos vendido más», asegura la responsable de un supermercado. «Más gente y muchísimo mejor ambiente», afirma el dueño de un céntrico café. «Hoy ha sido apoteósico», señalaban a última hora de la mañana de ayer en otro bar. A Jaime Villar, jefe del Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) y coordinador del equipo de voluntarios de Protección Civil, le sorprende la escasez de incidencias, dado el aumento de público.

Campaña de Greenpeace contra el TTIP

Greenpeace explicó en el festival su campaña contra el Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP), «porque supone una pérdida de soberanía para los parlamentos nacionales y locales y para los ciudadanos». Trece jóvenes acabaron aquí una ruta reivindicativa en bici.