La avalancha de visitantes al banco de Loiba hace urgente regular el acceso

ANA F. CUBA ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

Colas para sentarse y retratarse en el banco, en Semana Santa.
Colas para sentarse y retratarse en el banco, en Semana Santa.

El Concello ha diseñado un plan de señalización y pedirá ayuda a la Xunta y Costas

03 abr 2016 . Actualizado a las 11:55 h.

El banco de Loiba atrae multitudes, como volvió a evidenciarse en Semana Santa. La avalancha de visitantes no cesa y hace cada vez más urgente la adopción de medidas para regular el acceso en coche a la zona. En las recientes jornadas festivas se produjeron atascos en varios momentos desde la iglesia, lo que despertó de nuevo las quejas de algunos vecinos. El Concello de Ortigueira ve clara la necesidad de «controlar» de algún modo este fenómeno, para evitar «que se convirta noutro caso como o das Catedrais», reitera el alcalde.

El socialista Juan Penabad Muras anunció ya hace meses su intención de actuar para mitigar el impacto de la llegada masiva de turistas al litoral de Loiba «e por razóns de seguridade». «Pero o Concello ten poucas competencias aí», reconoce. La concejala de Patrimonio e Paisaxe, Vanesa Trevín, pretende convocar a técnicos de la Xunta de Galicia (en las áreas de turismo y medio ambiente) y de Costas para abordar la situación de forma conjunta.

El Ayuntamiento ha elaborado un plan de señalización -una de las carencias advertidas por quienes se acercan al lugar que, en muchos casos, acaban en la aldea de Picón, para malestar de los residentes-, que está pendiente de autorización por otras administraciones. En cuanto al aparcamiento, otro de los problemas que se encuentran los visitantes, el regidor espera que algún particular con terrenos en este entorno «promova unha iniciativa, nunha finca que puidera servir de estacionamento e tamén para algunha construción con cafetería e aseos». Al margen de esto, Muras baraja la posibilidad de que la Diputación ensanche la carretera. «Pero todo con moita prudencia, que é o que tamén nos pide Costas. Queremos que os coches non cheguen ata alí [el borde del litoral] e que a xente faga o último tramo andando. Iso sería o ideal», sostiene el primer edil.

El impacto medioambiental y la seguridad constituyen las dos mayores preocupaciones del ejecutivo ortegano en torno al banco de Loiba. «Pedímoslle á xente que non se achegue ao borde, que teña coidado cos desniveis», repite Muras. Trevín incide en este aspecto y pide a los visitantes que extremen la precaución.

Una pareja valenciana y su hija de 11 meses recalaron a media mañana de ayer en los acantilados de Loiba. «Es un sitio muy chulo, no lo conocíamos, hemos aprovechado hoy por el buen tiempo y porque no es verano y pensamos que no habría gente», comentaban antes de encaminarse al mejor banco del mundo. Ya se habían sentado en otro de los asientos que jalonan esta costa. Acertaron, aunque nada más aparcar apareció otro coche, otra pareja dispuesta a descubrir «ese sitio del que todo el mundo habla y en el que todos se hacen un selfie». Ellos también dejaron el automóvil y se dirigieron a Furnas a pie. El Jueves y el Viernes Santo se formaron colas, nadie quiso irse sin su retrato.