Cartero, agente de seguros y comercial de vino y jabones

A.F.C. ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

Este ortegano de 98 años y medio repasa su vida desde el final de la guerra civil

08 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«De A Coruña salimos dos batallones con 600 hombres. Al acabar la guerra quedábamos unos 60, muchos murieron, otros quedaron inútiles...», comenta Manuel, a quien todos conocen como Coello. De vuelta en Ortigueira, con 21 años, se hizo cartero, hasta la jubilación. «Estaba encantado...». En 1943 se casó. «Había conocido a una rapaza, de Feás y Mera, Lila Fraga Prieto (...), tenemos tres hijos, dos niños de 70 años y una niña», apunta sonriente, mientras recuerda «los coches de línea que andaban con leña y carbón; en la cuesta del Campo do Hospital la gente tenía que bajarse». Además de cartero fue agente de seguros -«tenía una bicicleta BH muy buena, muy pesada pero muy segura, y los domingos y días libres recorría toda la comarca, llegué a tener a la mayoría de los asegurados de la zona»- y comercial de vino de Ciudad Real y jabón -«saquito, por cómo venía»-. Rechazó ascender a inspector de seguros porque no quería dejar Ortigueira. «En Correos estaba muy bien, no teníamos mucho dinero, vivimos sin riquezas pero nos defendimos bien... Y me tocó bailar cunha rapaciña moi ben bailadora e moi boa administradora -dice, observando a Lila-. La crisis de posguerra fue dura, no había azúcar ni pan, nos fuimos arreglando, comprábamos harina al molinero, el aceite de estraperlo y la huerta». Ahora encara, vital, «las diez de últimas». «No tengo ganas de morirme, pero sé que aquí no queda nadie».