Las investigaciones de los agentes sobre la autoría resultan muy complicadas

La Voz

ORTIGUEIRA

15 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los jabalíes son el objetivo de las trampas colocadas en los montes, pero con este tipo de artilugios también se pone en riesgo a otros animales, salvajes o domésticos, e incluso a las personas. La mayor parte del material retirado consiste en lazos metálicos en los que la presa queda atrapada por las patas o el cuello, hasta que muere de hambre y sed. No obstante, un vecino de la zona de Ortigueira también descubrió en el monte un cepo de considerables dimensiones, similar a los que se ven en las películas para cazar a los osos, e hizo entrega del mismo al Seprona.

Según la información recogida al respecto, la colocación de estas trampas no guarda relación alguna con la caza furtiva, porque nadie recoge los animales una vez muertos.

La localización de los colocadores de trampas resulta muy complicada. Desde el Seprona se explica que habría que cogerlos con las manos en la masa. No obstante, cuando se descubre una trampa se habla con el dueño de la finca, sobre la que hace un seguimiento posterior. Si vuelven a aparecer lazos es cuando se inician los trámites sancionadores a través de la Xunta. Las multas van desde 601 euros a 3.000.