Los deliciosos dulces y panes de J. Castro Hermanos dan el salto de Neda a Narón

Beatriz ANTÓN FERROL / LA VOZ

NEDA

En el nuevo despacho de Narón atienden a la clientela Belén y Montse. Ambas posan en esta imagen con algunas de las delicias del negocio
En el nuevo despacho de Narón atienden a la clientela Belén y Montse. Ambas posan en esta imagen con algunas de las delicias del negocio JOSE PARDO

El negocio, heredero de una famosa estirpe de panaderos, se expande con un nuevo despacho en el Alto del Castaño: «Nos lo pedía la clientela»

27 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Si a su abuela Josefina —alias La Charretera, que ya se ganaba el pan (y nunca mejor dicho) vendiendo bollos en un carro de caballos— le hubiesen dicho que sus descendientes seguirían dedicados al negocio de las masas y los dulces, seguramente no se lo creería. Pero ahí continúan manteniendo viva la tradición familiar Gaspar, Diego, Suso y Belén Castro Brage, nietos de Josefina y miembros de la tercera generación de una de las estirpes de panaderos más famosas de Neda. «Mi padre, José Antonio Castro, y mi madre, Benigna Mercedes Castro, heredaron el oficio de mi abuela Josefina. Y de los cinco hijos que tuvieron, todos seguimos la tradición, porque mi hermano José Antonio también tiene un horno y panadería, La Artesana, en la calle Magdalena de Ferrol», explica Gaspar.

Él mismo, junto con Diego, Suso y Belén, comandan la panadería J. Castro Hermanos de Neda, que cuenta con un gran horno en el lugar de la Buhida y un despacho en la calle Algeciras. Y ahora se han liado la manta a la cabeza para dar un paso más hacia adelante y ampliar el negocio con un segundo despacho en la calle Garda del Alto del Castaño, a un tiro de piedra del centro de salud de Narón. «Es algo que nos pedía mucho la clientela, porque a nuestro despacho de Neda viene gente de toda la comarca y siempre nos decían que teníamos que abrir una segunda panadería en otro municipio de la zona. Pero, claro, no se puede estar en todas partes, y a la hora de elegir, nos decantamos por Narón, porque es un municipio con mucha gente joven y movimiento y además el nuevo local está muy cerca del centro de salud, donde siempre hay mucho trasiego», explica Gaspar, que se ocupa de llevar las riendas administrativas del negocio.

Sus hermanos Diego y Suso son los que dan el callo todas las noches en el horno central de la Buhida, amasando y preparando las delicias que luego se despachan en la tienda de Neda y ahora también en la de Narón, cada una de las cuales cuenta también con su propio horno, más pequeño, para darle el último toque a algunas de las elaboraciones.

Al frente del nuevo despacho de Narón se encuentra Belén, hermana de Gaspar, Diego y Suso, que cuenta con la ayuda de Montse para atender a una clientela ansiosa de los manjares de J. Castro Hermanos. Desde su amplia selección de panes artesanales —entre los cuales se encuentra el mítico bollo cachado— hasta su famosa proia, pasando por sus deliciosas empanadas. «Las tenemos de raxo, bonito, bacalao, bacalao con pasas, berberechos, zamburiñas, congrio, sardinas...», enumera Gaspar. Y para los más larpeiros, además de la famosa proia, los despachos de J. Castro Hermanos también tientan a la clientela con jugosas bizcochadas, bollas de nata, bicas y tartas de manzana y queso.

Tal es el esmero y cuidado que ponen Suso y Diego en su elaboración que los dos hermanos se han ganado la admiración de Ibán Yarza, el gran divulgador de la cultura del pan en España y autor de libros como 100 recetas de pan de pueblo o ¿Hacemos pan?

«La proia de los hermanos Castro (en Neda, cerca de Ferrol) siempre me deja sin palabras. Es sin duda una de las piezas de bollería más increíbles que he probado y su miga jugosa y fundente, pero con carácter (cargada de manteca cocida) no le envidia nada a ninguna otra elaboración. Ante esta proia la sensación siempre es la misma: alucine, incredulidad, felicidad», tuiteó el bilbaíno no hace mucho.