Ricardo Fernández, Nova Galega de Danza: «No me planteaba ser bailarín como algo profesional»

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL

NARÓN

Lucía Gómez Graña

El naronés es candidato a mejor intérprete masculino en los Premios Max de las Artes Escénicas por su participación en «Credo»

31 ene 2023 . Actualizado a las 17:43 h.

«Todavía lo estoy procesando», reconoce el bailarín naronés Ricardo Fernández (Narón, 1991). La semana pasada conoció la noticia de su candidatura a los Premios Max de las Artes Escénicas por su interpretación en la obra Credo, como integrante de la agrupación Nova Galega de Danza. Fernández comenzó a bailar con solo cinco años. Se formó en las Escolas Culturais de Narón y pasó a formar parte de su grupo central, Alxibeira, en el año 2003, que le llevó a bailar por todo el mundo con giras internacionales por Brasil, Chipre o Alemania. En 2010 alcanzó la máxima categoría nacional de baile deportivo, en la modalidad Latinos. También se formó en hiphop y danza contemporánea. Y desde 2015 es miembro de la compañía Nueva Galega de Danza, con la que aspira la este premio nacional. «Hay que pasar una criba más para saber si voy a la gala», explica.

—¿Cómo recibió la noticia de sus candidatura?

—No me lo creo aún. La semana pasada, estaba fregando los cacharros y un conocido me dio la enhorabuena y me mandó una captura de pantalla del documento. Pensaba que me estaba vacilando. Lo primero que hice fue preguntarle a mi jefe, a Jaime —director de la agrupación— y ya lo confirmó. Menuda emoción.

—El reconocimiento llega por su interpretación en la obra ‘Credo’.

—Es una alegoría del Camino de Santiago, con sus momentos de alegría y los de melancolía y tristeza. Esos momentos que paras a meditar de dónde vienes, a dónde vas... Sobre todo mostramos el esfuerzo físico que supone completar un camino tan largo. También es una especie de alegoría a nuestra carrera.

—La compañía cuenta con cuatro candidaturas, entre ellas la de su compañera Inés Vieites. ¿Se vive con más ilusión al compartirlo?

—Lo hace un poco más real. No es una candidatura sola dentro de todo el equipo. Es algo al trabajo de todos, tiene sus frutos. Y por Inés me alegro muchísimo porque tiene una carrera larguísima bailando, es una crack.

—Lleva ocho años con Nova Galega de Danza.

—Mi carrera profesional como bailarín empezó directamente con ellos. Yo venía del mundillo de bailes de salón, de competir, pero nunca me había dedicado profesionalmente a la danza como tal. Se me dio la oportunidad de probar con ellos. Supongo que les gusté. Y aquí estoy.

—Detrás de una carrera de danza habrá muchas horas de entrenamiento, ensayos...

—Realmente tampoco me doy cuenta del esfuerzo que supone. Es como un deporte de élite. La vida es así. Supone invertir muchísimas horas detrás, pero estás haciendo algo que te gusta y disfrutas. El esfuerzo para llegar aquí lo ves como un sacrifico.

—¿Cómo empezó su formación?

—En Narón. El primer grupo grande en el que estuve fue Alxibeira. Si me paso de visita aún voy a ver a los que aún quedan. Pero todos nos hemos ido desperdigando.

—¿Cómo es la vida de un bailarín profesional?

—Desde fuera solo se ve lo bueno, una vida en la que se viaja mucho, conoces muchos sitios... Pero ser bailarín, en este país, es complicado. A mí, realmente, lo que me da de comer es dar clases. Con los padres tuvo al principio su complicación, cierto miedo. Pero una vez ven que vas saliendo adelante, que puedes sacarte las castañas del suelo, te animan con todo.

—¿Siempre quiso ser bailarín?

—Llevo bailando desde los 5 años. Lo vivo como algo normal. Bailar es lo que soy. Como era algo normal en mi vida no me planteaba trabajar de ello. Me surgió la oportunidad de serlo cuando estaba estudiando una carrera, Educación Primaria. No me lo planteaba, no era una opción, y de repente... Las vueltas que da la vida.