Una segunda juventud a base de «crossfit»: «Los chavales quieren llegar a nuestra edad así»

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL

NARÓN

CÉSAR TOIMIL

La práctica deportiva en un gimnasio de Narón ha cambiado la vida de Ángel García e Irene Villadóniga, de 73 y 67 años respectivamente

27 ene 2023 . Actualizado a las 22:27 h.

En el día a día de Ángel García, de 73 años, e Irene Villadóniga, de 67 años, han entrado vocablos como flexiones, cargadas, peso muerto o remo. El año pasado, por casualidad, llegó a sus vidas el crossfit, un sistema de entrenamiento de fuerza y acondicionamiento basado en ejercicios funcionales. Un deporte que les ha cambiado tanto a nivel físico como mental. «Se me faltara, estaría inútil», advierte Irene. Empezó en junio en el box naronés Atlantic CrossFit. «Paseaba por aquí practicamente tódolos días. E cando montaron o ximnasio, chamoume moito a atención. Eu practico outros deportes como o pilates ou ximnasia de mantemento, pero necesitaba algo de actividade para os meses do verán. Deume por entrar e preguntar se valía para a miña idade. Probei. Gustoume. E aquí sigo», recuerda Irene.

También lleva meses en esto Ángel. El empresario practicaba ya vela y tenis, pero notaba el paso de los años. «Últimamente perdía todos los partidos, me notaba menos ágil y con menos reflejos», detalla. Conoció el crossfit «por una necesidad». «Buscaba algo para evitar volverme sedentario», apunta. Reconoce que la idea de empezar en un gimnasio convencional le agobiaba mucho más. «Sin nadie que te controle, mucha gente, todo máquinas... Encontré esto al lado de donde trabajo y supe que esto es lo mío. Aquí no estás solo nunca, el monitor está encima de cada uno. Disfrutas», ensalza.

Son los veteranos del gimnasio. Y a mucha honra. «¡Os vintañeiros queren ser coma nos!», bromea Irene. A lo que Ángel añade: «Te dicen que ojalá lleguen a nuestra edad así, hay muy buena sintonía», agradece. Irene explica que sus amigos y familia le animan a seguir avanzando porque notan lo bien que se encuentra. «Físicamente noto moita melloría. Os músculos están máis fortes. Eu padezo de tendinitis do supraespinoso e, gracias o exercicio, estou moito mellor. Antes non era capaz de levar as mans detrás da espalda, estiven a punto de operarme. Pero dende que fago exercicio deixei os médicos», señala. A los amigos de Ángel, su estado físico les da «envidia». «Esta semana cené con dos amigos a los que les cuento lo que hago y tienen envidia. ¡Les hice unas flexiones y ellos no son capaces! ¡Y eso no es nada!», bromea.

Acuden al gimnasio entre dos o tres días a la semana. «El objetivo es estar a gusto con uno mismo. Poder agacharme, atarme los cordones... hace un par de años no podía hacer un par de flexiones. Mientras esté aquí voy a estar físicamente bien. Es luchar contra uno mismo, contra el reloj, contra las repeticiones... Como estamos en grupo nos animamos y lo conseguimos casi siempre, cada uno lógicamente en su peso y con la fuerza que pueda aplicar», explica Ángel. Poco a poco van superando metas personales, mejorando en sus ejercicios y sumando más peso. Gracias al trabajo constante, por ejemplo, Ángel ha llegado a levantar 45 kilos en una cargada e Irene llega a 20. «En peso morto máis», destaca orgullosa.

CÉSAR TOIMIL

Inciden en que la clave es ser constantes. «El ejercicio físico asiduo es fundamental para tener un mínimo de calidad de vida porque cuidas el cuerpo y cuidas tu mente. Y, a nuestra edad, todavía más. Nos volvemos sedentarios y eso es el principio del fin», advierte Ángel, que recalca que «sales baldado» de una sesión. «Te engancha de una manera que faltas un día y no te sientes bien. Eso sí, sales baldado, te tiemblan las piernas. Pero llegar cansado a la noche me ayuda a dormir de un tirón, es fantástico. El venir al gimnasio tiene que ser una forma de vida», reitera.

Este deporte les ha repercutido físicamente, pero también les ha puesto al día en ámbitos sociales. Han aprendido a usar la app del Atlantic CrossFit que recoge los datos de sus entrenamientos y su evolución. «Ahora visto más deportivo que antes», bromea Ángel.

«Importan las capacidades de cada atleta, no la edad»

En crossfit no hay muchísima diferencia en cuanto a la edad del atleta, sino con respecto a las capacidades concretas de cada deportista. «Una persona mayor, por su edad o su sedentarismo, va a tener unas capacidades diferentes a una persona de veinte años que lleve toda la vida haciendo deporte. Pero también tiene unas capacidades diferentes un chaval de 30 años que no haya hecho deporte en su vida que un señor mayor que lleve toda la vida haciendo algo», expone Christian Blanco, uno de los socios.

Destaca que existen numerosos estudios que refrenden los beneficios de este deporte. «Al final, el crossfit no dejan de ser unos ejercicios funcionales, por lo que el mayor beneficio que implica en el atleta es que va a poder realizar su vida diaria con mucha más facilidad. Se va a poder agachar a recoger una bolsa de la compra con una buena postura; barrer debajo de la mesa sin lastimarse la espalda; o va a poder coger a su nieto en brazos para subirlo a una silla. El crossfit es prepararte para la vida», señala el entrenador.

Javier Rosselló  (level 1 de crossfit e instructor de halterofilia), Hugo Fernández (licenciado en TAFAD) y Blanco (level 1 en crossfit, osteópata y entrenador personal) integran el equipo.