Los 3,5 kilómetros de salitre de Narón

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida NARÓN / LA VOZ

NARÓN

Playa de Lopesa, en Narón
Playa de Lopesa, en Narón PATRICIA REY

El concello tiene la costa más oculta de Ferrolterra, con tres playas

06 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando en el pasado mes de octubre se celebró la prueba de las 21 Leguas, los participantes se sorprendieron al verse en plena carrera junto al océano. Más allá de su imagen de concello industrial y de interior, Narón cuenta con un espacio de mar abierto. A lo largo de 3,5 kilómetros, el Atlántico golpea sobre las parroquias de San Mateo y O Val. E incluso los más aventureros pueden descubrir hasta tres pequeñas calas: Casal, Hortiña y Lopesa. En los últimos años, estas playas se han redescubierto a través de la Ruta da Costa Atlántica. Y la Concellería de Turismo las promociona como sus joyas más ocultas: «Esta ruta combina as paisaxes da natureza máis escarpada nos seus pronunciados acantilados e a tranquilidade do val de Trasancos».

Como ciclista, en las caminatas o a través de los proyectos que impulsa como concejal de Obras, Pablo Mauriz es uno de los principales conocedores de este territorio. «Na comarca cada vez hai máis visitantes neste litoral a través desas rutas, pero participantes chegados do resto de Galicia e de España a esas 21 Leguas (a gran proba de ultrafondo do Noroeste) quedáronse moi sorprendidos ante as súas vistas espectaculares», apunta.

La caminata enlaza Santa Comba con Campelo, en una unión entre Ferrol y Valdoviño que recorre Vilarquinte y O Val. Mauriz recuerda que la zona es «o litoral de Narón Norte, sen contar o que temos na ría de Ferrol ... é o noso mar aberto». De todas maneras, esas playas son de «difícil acceso, antigamente os veciños do Val tiñan feitos uns accesos a propósito pero agora a baixada é complicada». De todos modos, especialmente con buen tiempo, algún intrépido puede descender a refrescarse los pies en pleno océano naronés.

En estos tiempos en los que todo municipio gallego presume del banco más bonito del mundo, la parroquia O Val suma puntos con Vilarquinte como mirador natural en plena senda ártabra. «A ruta pode facerse en ciclismo ou a pé, pero non poden pasar os coches e hai pendentes bastante dificultosas», apunta el concejal. Cerca del acantilado de la playa Lopesa se puede incluso subir a Vilasuso, «un antigo castro que conserva o foso e os muros defensivos típicos das aldeas castrexas», señalan desde Turismo, concejalía que lleva Natalia Hermida. Desde el Campo de Avial puede iniciarse el descenso hasta los pequeños arenales de Casal y Hortiña, que llegan a quedar cubiertos durante la pleamar. Y ya en la frontera con Ferrol se encuentra Vilarquinte, «cun punto xeodésico, ruinas de dependencias militares olvidadas e físgoas dunha aldea abandonada».

Recalca Mauriz que «hai antigas baterías que xa pertencen a Ferrol, as vistas son espectaculares e esta zona é moi valiosa para nós». Para divulgar que Narón cuenta con un litoral digno de visitar, el concello ha lanzado campañas turística de difusión «para a súa posta en valor, e co boca boca queremos que explosione isto a medio prazo».

«Estamos ante o noso mirador do mar naronés», presume Mauriz. Y recuerda que «a asociación veciñal do Val fixo recentemente unha ruta coa asociación deportiva dos bombeiros, hai dous meses».

Ese paseo a pleno salitre se prolonga durante esos 3,5 kilómetros. Pero la Ruta da Costa Atlántica alcanza los 12 kilómetros y puede hacerse en dos horas, con salida del convento de Baltar y llegada al monte de Vilarquinte. Su dificultad se considera media, e incluye puntos de interés como ese cenobio, el mirador natural, las calas y Pena Molexa. Con fantasmas de antiguos cultos celtas, tal y como manda la tradición en un municipio que cuenta con sus propios ritos como el de Narón.