Luis Loureiro: «Desde que comencé a amar la pintura, el arte es mi manera de habitar el mundo»

NARÓN

Luis Loureiro trabaja, actualmente, en los preparativos de una nueva exposición
Luis Loureiro trabaja, actualmente, en los preparativos de una nueva exposición JOSE PARDO

«La naturaleza me sigue fascinando y me sigue inspirando», confiesa el pintor

02 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Luis Loureiro (Sedes, Narón, 78 años) trabaja intensamente en los preparativos de su próxima exposición: una muestra retrospectiva en la que reunirá lo más representativo de cuanto ha pintado durante la última década. A lo largo de su carrera como artista ha ido experimentando una constante evolución, que lo ha llevado desde el paisajismo hasta lo abstracto, para desembocar en una pintura en la que todo gira alrededor de las líneas. De esas mismas líneas que ya lo fascinaban cuando, de niño, veía a su abuelo labrar los campos y se quedaba absorto contemplando el paralelismo de los surcos abiertos en la tierra. «Desde que comencé a amar la pintura —dice—, el arte es mi manera de habitar el mundo».

—A lo largo de su trayectoria como artista, ¿qué ha permanecido inalterable?

—Mi fascinación por la naturaleza. Eso no ha cambiado. La naturaleza sigue fascinándome y sigue inspirándome. Aunque, evidentemente, el reflejo que eso tiene en mi obra es muy distinto del que tenía hace sesenta años. La naturaleza es algo muy importante para mí. De hecho, hoy vivo en el lugar en el que nací, rodeado del paisaje que tanto me marcó desde niño. Sé qué aquí están mis raíces.

—¿Su obra sería distinta si viviese en otro lugar?

—Es muy probable que sí. Pero digamos, en cualquier caso, que en Sedes estoy donde quería estar. Y donde quería pintar. Esta es la tierra sobre la que yo caminaba de pequeño. Este fue mi primer territorio. Y aquí construí, después, mi estudio y mi casa.

«El paso del tiempo es el que pone en su verdadero lugar al trabajo de un creador»

 

«No me atrevería a decir qué es lo que quedará, en el futuro, de lo que yo he pintado. ¡Y eso, si es que queda algo...! — dice Luis Loureiro—. Pero estoy plenamente convencido —añade—, de que solo entonces se podrá hablar de ello con objetividad, porque el paso del tiempo es el que pone en su verdadero lugar el trabajo de un creador.

—Hay que tomar distancia.

—Por supuesto. Hay que tener la perspectiva adecuada. A menudo me pregunto, y quede constancia de que nada está más lejos de mi intención que pretender molestar a nadie, cuánto de lo que hoy aclamamos como si se tratase de una creación artística extraordinaria acabará olvidado en cuanto el tiempo pase. De la misma manera que me pregunto, también, cuánto trabajo excepcional se está haciendo hoy que, para nuestra desgracia, no sabemos ver y nos pasa desapercibido.

—¿Qué resulta imprescindible para crear una obra sólida, al margen de las modas y con vocación de trascender?

—¡No es poca pregunta, esa...! ¡Desde luego que no...! Pero mire, desde mi punto de vista, un artista precisa, además de un cierto talento, lealtad a sí mismo y a su proyecto. Hay que tener muy claro qué es lo que se quiere hacer. Y evitar, por todos los medios, desviarse de ese camino. Un artista no se puede traicionar a sí mismo. El creador tiene que mirar lejos. Además de trabajar sin pausa, por supuesto.