Los parques infantiles de bolas e hinchables agonizan sin ayudas propias para el sector

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL

NARÓN

cedida

Burbujas, Bule Bule e IlusionArte, empresas que se han integrado en la asociación gallega, denuncian que se sienten «olvidados» y en el «limbo»

16 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Se sienten «olvidados» por la Xunta y en un limbo que les impide acceder a ayudas propias para su sector. Las empresas de parques infantiles de bolas e hinchables agonizan cuando se cumplen once meses del inicio de la pandemia tras un vaivén de aperturas y cierres y sin una norma ni protocolo específico para su situación. «Nosotros no pudimos abrir hasta julio y nos mandaron cerrar a finales de octubre. Volvimos a abrir a principios de diciembre y luego hemos vuelto a cerrar en estas últimas restricciones», explica Lara Caro, de Bule Bule. Es uno de los tres espacios de esta temática ubicados en Narón.

Asun Álvarez está al frente de IlusionArte, donde, igualmente, llevan un vaivén de aperturas y cierres por las últimas medidas. «Abrimos los meses de verano hasta octubre, y cerramos para la campaña de Halloween, que recuerdo que tenía preparado algo muy guay y me lo atascaron», recuerda Asun. Reconoce que la situación que se alarga en el tiempo les desespera. «Esto de estar abriendo y cerrando nos desespera. Nuestro tipo de negocio no es como un bar que abre y ya tiene clientes en la puerta. Nosotros cada vez que reabrimos tenemos que volvernos a ganar la confianza para que vengan, y cuesta bastante. Cuando coges algo de ritmo, empiezas a tener eventos y nos vuelven a cerrar, es como estar agonizando», lamenta.

ANGEL MANSO

Desde Burbujas, otra entidad ubicada en Narón, señalan que los meses de julio y agosto pudieron facturar un mínimo, pero el resto del año han estado prácticamente en blanco. «Julio y agosto aún fuimos trabajando algo. El ejercicio del 2020 se cerró con un 8 % de facturación en comparación al 2019, y fue gracias a enero y febrero. En verano facturamos para pagarle a la empleada», explican.

La campaña de verano la pudieron salvar gracias a los eventos típicos de esas fechas. «Nos salvaron un poco las comuniones, las fiestas y los talleres de por la mañana, pensando un poco en ayudar a las familias a conciliar, aunque no es nuestra principal labor», añade Lara Caro. En su caso, necesita con urgencia poder facturar ya que se encuentra con un crédito ICO. «Yo pedí un ICO y estoy intentando alegarlo a la espera de lo que pase, pero veo el futuro con bastantes dudas», advierte Caro.

Este nuevo momento de restricciones les impide tener actividad en unas fechas en las que podrían tener un repunte, como los carnavales. «Es una época buena, nosotros hacemos fiestas para colegios o centros comerciales, en Parque Ferrol la hicimos varias veces... Los tres días que no hay clases hacíamos las mañanas divertidas. Ahora está todo cancelado, no tenemos nada», comenta la responsable de Bule Bule. 

Reconocimiento del sector

Los empresarios gallegos de ocio infantil y tiempo libre se han unido en una entidad, ASEGa, desde donde luchan por que en estos momentos de crisis por la pandemia se reconozca su actividad y tengan ayudas propias para su sector. «Estimamos que más de la mitad de empresas de este sector están cerradas. Nuestra situación es muy complicada porque no tenemos un sector que nos enmarque, ni hostelería, ni ocio, ni el ámbito educativo. El ocio educativo no existe a nivel administrativo», explica Lara Caro. Asun Álvarez denuncia que se sienten «olvidados» y en un «limbo». Y critica que los protocolos que se han ido dando a este sector son de los más confusos. «No hay nada estándar y depende de la actividad específica».

Desde Burbujas señalan que «sobreviven» gracias a que los bancos con los que trabajan les han permitido paralizar las hipotecas y préstamos. «El Estado no nos ayuda», sentencian. En agosto cumplirán diez años y nunca habían vivido una crisis similar. «No nos podíamos quejar, era raro el mes que no tenías un cumpleaños», recuerdan. 

Obligados a diversificar

Ante esta situación coinciden en buscar otras vías de facturación. En Bule Bule ya contaban con la venta de decoración con globos y cajas de regalos, que ahora promocionan mucho más por sus redes sociales, además de darse de alta ahora para ejercer como canguros y han comenzado con el servicio de preparar fiestas a domicilio.

En IlusionArte también han buscado otras actividades para paliar el chaparrón. «Ya hacía otros servicios como tartas de pañales para babyshawer, maquillajes de fantasía, que este verano me han pedido para barrigas de mamás embarazadas, imparto talleres de maquillaje infantil y me he adentrado en el mundo online», comenta Asun.