Los gallegos residentes en EE. UU.: «No creo que sea un día fácil de olvidar en el país»

María Vidal / Pablo Varela / Carla Elías y Rosa Estévez

NARÓN

cedida

María Fernández y David Aramburu desde Nueva York, Claudia Rojo desde Kansas y Manuel Trillo desde Connecticut cuenta cómo están viviendo estos días de tensión en Estados Unidos

09 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace cuatro años que María Fernández inició los trámites para hacerse ciudadana de Estados Unidos, después de 23 años como residente, ante la amenaza de Trump de presentarse a las elecciones. El documentó le llegó el día antes de las elecciones y pudo votar, aunque no evitó la victoria. En noviembre su voto sí ayudó a echar a Trump de la Casa Blanca. Desde el miércoles vive enganchada a las noticias. «Nunca pensamos que la seguridad del Capitolio no funcionase, y que les dejaran entrar como les dejaron entrar», señala esta gallega, de Ribeira, que en 1997 emigró a EE.UU. con su marido, natural de Noia. Explica que en Long Island (Nueva York), una zona residencial donde vive el matrimonio junto a sus dos hijos, todo sigue tranquilo y los disturbios del Capitolio no han alterado el día a día. «Estamos con el corazón en un puño, porque le están dejando pasar tantas cosas a este señor... Esto tiene que ser la gota que colme el vaso», lamenta.

David Aramburu, físico médico ourensano que trabaja en el hospital oncológico neoyorquino Memorial Sloan Kettering Cancer Center, se encontraba cenando en un restaurante con su pareja cuando se enteró, a través del móvil, de lo que ocurría en Washington. «La sensación fue de shock. Esto se lleva calentando desde hace tiempo, por Trump y gente del Partido Republicano que está a su favor. Sabíamos que habría protestas y que el ambiente estaría caldeado, pero no nos esperábamos lo que pasó», cuenta. Aramburu, que vive en EE. UU.. desde el 2015, sostiene que el episodio no será sencillo de olvidar en un país donde la llegada de Trump impulsó una polarización que ya daba señales de vida previamente. «Queda como un día bastante gris para la sociedad americana. No creo que sea olvidado fácilmente», agrega.

Una beca de atletismo llevó a Estados Unidos a Claudia Rojo (Narón, 1997) a la Wichita State University, en el estado de Kansas, donde lleva cinco años y medio compaginando sus estudios de Ingeniería Aeronáutica y Espacial, ahora el máster, con su carrera de atletismo. El asalto al congreso le ha pillado en Ferrol, y prevé regresar a Kansas en diez días. «Lo estoy siguiendo desde la televisión. Estoy bastante preocupada porque vivo en Kansas, una zona con muchos fanáticos de Trump y tengo algo de miedo por la situación que me voy a encontrar», explica. Reconoce que el tema político no lo comenta con sus amigos estadounidenses, algunos que, señala, son republicanos, por cautela ya que ella tiene «una mentalidad completamente diferente». Advierte de que en Kansas, los más acérrimos a Trump creen fehacientemente cualquier información sobre la manipulación de las elecciones y la división política afecta ya al día a día. «En nuestro equipo tratan de evitar que haya cualquier división en el equipo. Tuvimos comunicados y charlas sobre la situación política convulsa, y seguro que tendremos a la vuelta».

Enfrentamiento civil

«Hai moita polarización, pero dos dous bandos. Aquí non hai malos nin bos. Os afroamericanos están moi revoltos e destrozan e rouban comercios e iso esta a cansar a unha parte da poboación», explica el arousano, Manuel Trillo, profesor de baile en la escuela Fred Astaire en Norwalk (Connecticut) . «Claro que me preocupa debido a que hai moitos indicios de que puido haber fraude electoral e moitos americanos non están contentos cos resultados, isto vai traer moitos problemas, o país está dividido». Sostiene que la situación derivará en un enfrentamiento de la población, y en ese caso, él tiene muy claro donde posicionarse. «A gardo para min, como bailarín profesional debo ser neutral de cara ó público», apunta.