Los establecimientos de comida ecológica ganan popularidad

M. Aneiros / B.C. FERROL/ LA VOZ

NARÓN

Los comercios especializados en articulos de cercanía se benefician del auge de las dietas basadas en productos naturales

08 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando el Herbolario Merlín abrió sus puertas en el año 2000, la alimentación ecológica era una opción elegida solamente por unos pocos. Casi dos décadas después, cada vez son más los que deciden optar por productos carentes de químicos. «Las grandes superficies están empezando a meterse un poco en el mundo de la alimentación ecológica», comenta Carmela Calvo, una de las propietarias del veterano establecimiento que ha notado como cada vez hay una mayor preocupación por la calidad de los productos que se consumen, «sobre todo entre la gente joven».

El comercio comenzó siendo un herbolario al uso, con la oferta de productos medicinales y dietéticos propia de este tipo de establecimientos, pero poco a poco fue ampliando su sección de alimentación hasta acabar combinando en un mismo espacio la venta de alimentos ecológicos. «Tenemos todo tipo de productos de alimentación salvo fruta y verdura fresca», comenta Carmela Calvo, precisamente en lo que está especializado Alejandro Porta, propietario de La Huerta del Camino, situado cerca de la plaza de Amboage.

Hace cuatro años Porta decidió hacer un estudio de mercado y lanzarse a abrir su propia tienda aprovechando «el auge que está teniendo este tipo de consumo». Además de todo tipo de frutas y verduras cultivadas en la comarca, ofrece una gran variedad de productos de cercanía como licores, mermeladas, mieles y helados, a una clientela muy variopinta. «Hay mucha gente del barrio, pero también vienen bastantes peregrinos ya que esta es zona de paso del Camino Inglés», explica Porta, que considera que, además de tener un buen producto, es necesario tener un trato cercano con el cliente. «No te puedes comportar como un dependiente de un supermercado, es muy importante conocer a los clientes habituales, cuales son sus preferencias y ofrecer un trato familiar», indica.

Algo parecido le sucede a Olalla Fernández, propietaria de Ecotenda 78, situada en la calle Venezuela. «Tengo gente de todo tipo, mucha clientela de barrio que conoce la tienda desde hace años y poco a poco han ido ampliando su cesta de la compra, también familias que llevan un poco de todo y gente que viene a por cosas específicas», indica la empresaria.

«Creo que ahora la cosa está un poco más estable», comenta Fernández, que recuerda un gran auge del consumo libre de químicos «hace uno o dos años». Sin embargo, no cree que el interés haya bajado, sino que la calma se debe a que «cada vez es más fácil acceder a estos productos en grandes superficies» y a que «ahora hay muchas más tiendas que nos dedicamos a esto que cuando empecé», en el año 2015.

Ya sea por motivos éticos o por querer evitar la ingesta de químicos, cada vez son más los que acuden a este tipo de establecimientos. Sin embargo, algunos se ven obligados a hacerlo por motivos de salud. Conseguir productos libres de gluten o que fueran compatibles con algunas intolerancias alimenticias era muy complicado cuando Susana Oreona decidió abrir Bioreona en el año 2011. El comercio, situado en Freixeiro (Narón), era entonces «el único establecimiento ecológico especializado en intolerancias de la zona».

Además de vender productos de alimentación, cosmética y medicina natural, el negocio cuenta con «un equipo multidisciplinar» que ofrece asesoramiento dietético, tanto por motivos estéticos, como médicos, pues crean regímenes para gente que o bien necesita o bien quieren aprender a vivir sin algún tipo de alimentos. «Hacemos menús para gente que tiene que eliminar ciertos alimentos de su dieta y quiere hacerlo de una forma equilibrada», explican.