Cuentos infantiles que cruzan fronteras

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

NARÓN

CESAR TOIMIL

Al abrigo de su casa de Castro, la escritora ha creado un universo literario poblado de personajes que ya conocen niños de Italia, EE.UU... y ahora también de Corea

28 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Cómo es posible que un cuento parido en una pequeña parroquia de Narón pueda cruzar fronteras y emocionar a niños que se encuentran a miles de kilómetros de distancia? La escritora Paula Merlán, ferrolana de sentimiento pero naronesa de adopción desde hace ya veinte años, sigue sin creerse todavía que su libro Una sorpresa para tortuga -el penúltimo de su fructífera carrera editorial- luzca ya en librerías de Venecia, Nueva York o Seúl. «Que esté disponible en Italia y Estados Unidos era algo que ya me esperaba, porque cuando la editorial me dijo que lo iba a publicar en España también me habían hablado de la posibilidad de traducirlo al inglés y al italiano, pero lo de Corea ha sido toda una sorpresa», cuenta emocionada.

El mérito, dice ella, es de Nube Ocho, el sello editorial que sacó a la luz la obra y que, empeñado siempre en promocionar a sus autores, trabaja con una agencia internacional que se encarga de llevar sus libros a ferias y salones literarios de todo el mundo. «A una de esas ferias llevaron mi cuento, una editorial de Corea que participaba en el evento se fijó en él y de ahí surgió la posibilidad de traducirlo al coreano», apunta Paula encantada.

Pero, ¿qué será lo que tiene esta obra que gusta tanto a niños asiáticos como a europeos y americanos? Merlán explica que el libro habla de la amistad -en este caso, la que une a una tortuga que se siente fea y un pajarito capaz de hacer cualquier cosa por ella- y como ese es un sentimiento universal todo el mundo se puede identificar con él.

De lo que gusta o no gusta a los más pequeños de la casa Merlán sabe un rato, en parte gracias a su trabajo como profesora en el colegio Las Mercedarias de Ferrol, pero también a su experiencia como madre de dos hijos. «El pequeño todavía es un bebé, pero Álvaro, el mayor, ya tiene cinco años y es el primero al que recurro para que me diga qué le parecen mis cuentos. También les pido opinión a mis sobrinas y muchas veces me dan ideas para introducir algún cambio y hacer más atractivo el relato», explica Merlán, a quien todavía se le hace raro que la llamen escritora. «Yo digo siempre que escribo libros, porque lo de escritora lo veo como algo que aún me queda muy grande», advierte con humildad.

Eso, sin embargo, no lo creyó nunca su marido, Xabier, que fue el primero que la animó a publicar sus historias. Aunque el sueño nunca se podría haber hecho realidad sin la valentía de la propia Paula, quien tras licenciarse en Derecho y ejercer como abogada durante varios años, decidió colgar la toga y dedicarse a la enseñanza. Primero como profesora de clases extraescolares de música y animación a la lectura. Y después, una vez obtenido ya el título de Magisterio, como maestra de Primaria.

Aquella decisión nunca le ha pesado, porque fue en esas clases extraescolares donde recuperó el gusto que ya tenía de pequeña por soñar historias y trasladarlas al papel. «En esas sesiones de animación a la lectura muchas veces leía libros de autores conocidos, pero otras veces improvisaba y me di cuenta de que a los niños les gustaban mucho las historias que me inventaba», rememora Merlán.

Fue así como esta «medio ferrolana, medio naronesa» con casa en Castro decidió probar suerte. Al principio muchas editoriales le cerraron las puertas, pero tras ganar el concurso literario Sin Fronteras de Otxarkoaga en el 2012, el camino se allanó. Seis años después, Merlán cuenta con doce libros en el mercado, entre ellos tres colectivos, un e-book en nueve idiomas y un cuento sobre una tortuga y un pajarito que hasta se puede leer en coreano. Y, aún así, le sigue sorprendiendo que esas historias salidas de su cabeza, y plasmadas en el papel en su casa de Castro, sean capaces de traspasar fronteras y emocionar a niños de medio mundo.

Vocación. Paula Merlán dejó la abogacía para dedicarse a la enseñanza y la literatura.

Blog. La escritora cuenta con un blog que se llama «Cuentos en el desván».