«En Estados Unidos los culturistas son estrellas; aquí nos llaman bichos raros»

Bea Abelairas
Bea Abelairas FERROL

NARÓN

ANGEL MANSO

El naronés Luis Pernas, Míster Mundo y Universo, come a diario 45 claras de huevo y dos kilos de pollo con pasta

21 feb 2016 . Actualizado a las 23:28 h.

Luis Pernas tiene unas dimensiones físicas fenomenales, pero en cuanto se habla con él unos minutos deja ver que las de su corazón son también de gigante. «Lloro mucho, me emociono con facilidad, siempre me caen las lágrimas cuando gano», cuenta y rememora los triunfos que le hicieron más famoso. «Fue en el 2004, gané en el campeonato del mundo y se lo dediqué a mi madrina y mi abuela, Pura, que murió un mes después. Estaba tan triste que mi madre, Purita, me animó para que preparase el de Míster Universo».

Así que este naronés de Santa Cecilia se marchó de nuevo a Italia y volvió con el segundo trofeo bajo el brazo. «Les hice un homenaje a mi madre y a mi madrina, porque son muy importantes para mí, mis máximas admiradoras», reconoce haciendo gala, de nuevo, de su corazón agradecido. Luis siempre fue un gran deportista: empezó con el baloncesto, pasó a las artes marciales y nunca ha dejado de ser ciclista (incluso compitió a nivel profesional), pero el culturismo acaparó todas sus metas. Tanto que reconoce que vive para él; incluso dejó su trabajo de informático en la universidad para poder integrarlo mejor en su vida.

«En Estados Unidos los culturistas son estrellas; aquí nos ven como bichos raros. Es una pena, pero a mí me gustaría que la gente viese todo el esfuerzo que hay detrás de este deporte, que no tiene nada que ver con el dopaje. De hecho, es casi imposible seguir compitiendo si te dopas, porque a la segunda sanción te expulsan», explica este naronés de 41 años que lleva una vida muy sana, pero con una dieta peculiar: cada día hace siete comidas en las que reparte 45 claras de huevo, dos kilos de pollo (en hamburguesas que le preparan solo con pechuga, los zancos ya no los puede ver delante), arroz o pasta y batidos de proteínas. «También tomo ensaladas, todo depende de si tengo una competición cerca, en este deporte llevamos el físico hasta el extremo».

Le queda nada para el régimen más estricto, porque en unos meses viajará a California para competir de nuevo y se encargará de organizar el campeonato de España en Narón. Todo un acontecimiento que llevará solo, igual que cada día se enfrenta a la vorágine de dirigir dos gimnasios (Revolution Narón y Revolution Ferrol, en Portanova) y sus dos tiendas de alimentación y equipamientos deportivos (Naturdiet, en la carretera de Castilla y As Pontes). «Trabajo los siete días de la semana, hasta los domingos, pero a mí no me cuesta porque ver cómo evoluciona la gente me encanta, los éxitos de mis alumnos son una gran alegría», explica y pide, casi emocionado, que refleje su agradecimiento a aquellas personas que le apoyan y le ayudan. «El culturismo, el deporte me dio lo mejor de mi vida y me encanta entrenar, es algo que necesito», confiesa antes de salir corriendo a una de sus citas profesionales. Luis repite que la clave en el culturismo es la armonía del cuerpo, pero cuando se mira al espejo tiene bien clara otra cosa: «Lo más importante es ser inteligente».