«El pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla»

NARÓN

cedida

La veterana actriz ferrolana llega hoy a Narón con una pieza ambientada en la España de la posguerra

23 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Pazo da Cultura de Narón. Hoy. 20.00 horas. 9,50 y 6,50 (abonados, carné xove, estudiantes y desempleados).

Lleva más de cuarenta años de trayectoria profesional a sus espaldas, pero Luma Gómez (Ferrol, 1951) sigue pisando el escenario con la misma ilusión que tenía a los 18, cuando hizo su debut. Hoy estará en Narón con Teatro do Noroeste, la compañía que fundó junto a Eduardo Alonso a mediados de los 80, para presentar «Palabras malditas», un drama ambientado en la oscura España de la posguerra.

-El montaje se estrenó hace solo una semana en A Coruña. ¿Cuál fue la reacción del público?

-Estamos encantados, porque la verdad es que tuvimos un estreno estupendo. El público aplaudió muchísimo y, al final de la función mucha gente se puso de pie, así que podemos decir que hemos tenido un buen comienzo.

-¿Cuál es el argumento?

-«Palabras malditas» es un drama de memoria histórica escrito por Eduardo Alonso, en el que la acción transcurre en una pensión coruñesa justo después de la Guerra Civil. Los protagonistas son Vicente (Miquel Insua) y Clara (Sara Casasnovas). Él es un profesor de francés al que persigue la Falange y ella es una prostituta que se evade de la dureza de su trabajo a través de la literatura. Es una historia de amor y amistad en la que hay drama, pero también mucha poesía.

-¿Y usted? ¿qué papel juega en esa pensión?

-Yo interpreto a dos personajes. Por un lado, hago de Clara, pero cuando esta ya es mayor y rememora todo lo vivido en aquella pensión de A Coruña. Y también interpreto a Ermitas, la señora que regenta la pensión, que es una mujer ya mayor que sufre mucho porque tiene a su hijo preso en el Valle de los Caídos. No sabe leer ni escribir y entabla una relación muy estrecha con Vicente, que es el que lee las cartas de su hijo.

-La obra también habla de las persecuciones y venganzas de la posguerra española. ¿Sigue siendo necesario reivindicar nuestra memoria histórica?

-Durante la Transición se optó por pasar página en aras del bien común y la democracia. Pero ahora que ya ha pasado tanto tiempo no tiene sentido seguir guardando silencio. Tenemos que recordar lo que pasó por toda la gente que lo que vivió y lo sufrió. Y los que no lo vivimos tenemos que saber lo que pasó para que no vuelva a suceder. El pueblo que olvida su pasado está condenado a repetirlo.

Hoy representan la obr-a en Narón, un lugar por el que siente predilección, ¿no es así?

-Es verdad. Narón es un lugar con mucha tradición teatral, que cuenta con un público estable y muy fiel. Poder trabajar en un sitio así es un gusto.