Un «cajón de sastre» solidario a la búsqueda de nuevos voluntarios

B. ANTÓN NARÓN

NARÓN

Jos'e Pardo

El Centro de Recursos de Narón presta ayuda a 1.300 personas necesitadas

07 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El Centro de Recursos Solidarios de Narón recibe al visitante con una colorida pintada en la puerta de su cuartel general del polígono de As Lagoas. En ella se puede leer: No hay bien alguno que nos deleite si no lo compartimos. La cita, de Séneca, es el fiel reflejo de lo que esconde la nave en el interior: estanterías y más estanterías llenas de comida y ropa, pero también juguetes, material escolar, colchones, muebles, ordenadores, sillas de niño para coche, material farmacéutico de primeros auxilios y hasta una grúa para mover a personas con problemas de movilidad. Y todo ello, fruto de la solidaridad de los vecinos, que, como bien decía Séneca, han encontrado «deleite» donando lo que pueden al centro de recursos naronés.

«Esto es como un cajón de sastre en el que cabe todo aquello que pueda necesitar una familia», resume José Manuel González, de Cáritas, una de las entidades que, junto a Dignidad y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, se encarga de gestionar el dispositivo municipal de ayuda social. Junto a él, dando la bienvenida al visitante, también están hoy la concejala de Acción Social de Narón, Catalina García, y Rosendo Anido, un ex trabajador de los astilleros que, recién jubilado, ha decidido hacerse voluntario del centro de recursos.

Precisamente personas como Rosendo, con ganas de ayudar, son las que necesita en la actualidad la entidad. «Este centro abre los martes, miércoles y jueves por las mañanas y siempre hay mucho trabajo que hacer; por eso es tan importante la labor de los voluntarios y más ahora que se acerca la campaña de navidad», apunta José Manuel González.

Catalina García, una de las grandes impulsoras del centro de recursos junto a las entidades gestoras y el ex responsable del servicio sociocomunitario de Narón, Alfonso Filgueira -ya retirado-, es la encargada de traducir en cifras todo ese trabajo desarrollado por los voluntarios. «Actualmente, gracias a su ayuda y a la solidaridad de los vecinos, estamos prestando ayuda a 1.300 personas y a lo largo del 2014 repartimos más de cien toneladas de alimentos», anota la concejala.

Aunque reconocen que el número de familias demandantes de ayuda «se ha estabilizado» tras el subidón registrado en los años 2012 y 2013, ni Catalina García, ni José Manuel González, ni Rosendo Anidos perciben que los «brotes verdes» de los que hablan algunos políticos sean una realidad. «A pie de calle, lo que vemos es que todavía sigue habiendo bastante necesidad; parece mentira, pero muchas familias a las que atendemos solo comen una vez al día», comenta González. «Y nos consta que muchas de ellas también alargan la leche añadiéndole agua, para que dure más, y por eso siempre le decimos a la gente que donde leche entera en vez de semidesnatada o desnatada», añade García.

A pesar de que el objetivo inmediato del centro de recursos se centra en conseguir la máxima ayuda posible para la campaña de navidad, el dispositivo municipal no pierde de vista sus retos a largo plazo. Por un lado, conseguir «desestacionalizar» la ayuda -para que la solidaridad no se concentre solo en el último trimestre del año- y, por otra parte, lograr una ayuda de la Diputación para que el Ayuntamiento pueda construir una nave propia para el centro de recursos en A Gándara. «La que tenemos ahora es de alquiler y nos cuesta unos 12.000 euros al año; si conseguimos nuestra propia nave, todo ese dinero se podría destinar a incrementar las ayudas sociales», dice esperanzada Catalina García.