Foro Voz fija el empuje de Narón en su apuesta por el sector industrial

Raquel Freire NARÓN

NARÓN

El debate se desarrolló el pasado jueves en el café teatro del Pazo da Cultura de Narón.
El debate se desarrolló el pasado jueves en el café teatro del Pazo da Cultura de Narón. césar toimil< / span>

La cultura, el deporte y la infancia sustentan el desarrollo del municipio

12 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La fase de despegue en la que se quiere asentar el municipio naronés tras la consecución de la simbólica cifra de los 40.000 habitantes centró el debate de Foro Voz del mes de abril. Una cita que tuvo lugar el pasado jueves en el café teatro del Pazo da Cultura y que contó con la presencia del alcalde, José Manuel Blanco, que estuvo acompañado por diferentes expertos venidos de los ámbitos de la cultura, la industria y el deporte, tres de los puntos fuertes de la localidad.

El encuentro intentó realizar una foto fija del camino que ha llevado a Narón a convertirse en la octava ciudad de Galicia, analizando los retos de futuro que debe afrontar el municipio. El regidor naronés señaló que el Ayuntamiento se ha establecido en una senda sin marcha atrás, «que conseguiu facer do Narón dormitorio a oitava cidade de Galicia», dijo. Una evolución que refrendó el gerente de Ártabro Samdeu, Carlos Yáñez, que hizo un repaso por el desarrollo industrial experimentado por la ciudad en los últimos veinte años: «Creo que Narón conseguiu crear unha sinerxia coa industria. A medida que se foron instalando novas empresas nos seus polígonos, os traballadores foron necesitando vivendas e a poboación chegou a triplicarse, ó contrario que outros Concellos, que non fixeron máis que perder veciños», apuntó. Testigo de este ascenso fue también José Antonio Sordo, que vio como el municipio partía de cero a nivel deportivo: «Vín como non había clubes e houbo que crealos. Tamén houbo que desenrolar un entramado deportivo, algo que non se improvisa e que conleva anos de traballo», afirmó. En el aspecto cultural, José Luis Prieto dejó patente la gran evolución comparando las primeras obras que se representaban en el Urimare con los espectáculos que llegan ahora al Pazo.