«Ardieron todas las casas del pueblo menos tres, que quedaron intactas»

A. F. C. MUGARDOS / LA VOZ

MUGARDOS

Uno de los bomberos del GES de Mugardos, en el incendio de viviendas de A Veiga de Cascallá, en el sur del municipio orensano de Rubiá
Uno de los bomberos del GES de Mugardos, en el incendio de viviendas de A Veiga de Cascallá, en el sur del municipio orensano de Rubiá GES MUGARDOS

Bomberos del GES de Mugardos colaboran en la extinción de incendios en la provincia de Ourense

19 jul 2022 . Actualizado a las 13:07 h.

Dos profesionales del Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de Mugardos viajaron el lunes hasta la provincia de Ourense para colaborar en la extinción de incendios forestales. «Fuimos los dos compañeros de guardia con una motobomba, a petición de la Consellería do Medio Rural. Llegamos a las siete al puesto de mando avanzado y nos enviaron a un pueblo cercano, Sobradelo [en el sur del municipio de Rubiá], a proteger las casas», explican. «El fuego estaba muy cerca y la gente tenía bastante miedo, pero fue todo bien, conseguimos evitar que se acercase, en colaboración con los bomberos de A Coruña», prosiguen.

Para impedir que las llamas alcanzasen las viviendas regaron la zona y atacaron el fuego con lanzas, aunque su principal aliado fue el viento. «Ayudó, el pueblo estaba a mitad de la ladera y el fuego cruzó la carretera e iba subiendo, pero el viento soplaba en su contra. La gente estaba muy asustada», relatan. Los focos salpicaban la ladera «y allí sobraban medios». Entonces los mandaron a otro pueblo, A Veiga de Cascallá. Pero ya era demasiado tarde: «Ardieron todas las casas, menos tres que quedaron intactas, el resto quedaron calcinadas. Una pena tremenda».  

Solo pudieron refrescar los inmuebles y ayudar a sacar coches o tractores que se salvaron de la quema en los bajos. La Guardia Civil había desalojado a los vecinos. «En alguna casa veías las bolsas de ropa preparadas para salir... pobre gente, casi toda mayor, no pudieron sacar nada», lamentan los bomberos del GES de Mugardos. Nadie pensaba que el fuego lograse cruzar el río, pero saltó a la otra orilla y el viento lo arrastró «muy rápido» hasta el pueblo. Las bodegas atestadas de madera le sirvieron de combustible.

«Vimos cómo ardía todo... quizás si nos hubieran mandado tres o cuatro horas antes.... salvamos gallinas y gatos, los animales grandes ya se los habían llevado antes. Cuando llegamos allí era un infierno, había muchos frentes abiertos y era muy difícil coordinar, iban mandando a la gente según iban viendo, el viento cambiaba con mucha rapidez», describen.

El equipo mugardés, formado por Juanma y Javi, trabajó durante toda la noche, con un pequeño descanso para tomar un bocadillo, hasta que esta mañana, sobre las 10.30 horas, le dieron el relevo otros dos compañeros, Antonio y Miguel, que se desplazaron acompañados de otro bombero, Gabriel, que prestó apoyo logístico, y el concejal Miguel Mahía. «Lo más duro fue por la mañana, cuando llegaron los vecinos... te das cuenta de que lo han perdido todo», comentaban, ya camino de vuelta.