Varios vecinos del centro de Mugardos, sin teleasistencia por fallos en el teléfono

A. F. C. MUGARDOS / LA VOZ

MUGARDOS

CESAR TOIMIL

Una usuaria de 91 años lleva sin servicio desde mediados de diciembre, y la compañía Movistar no resuelve el problema

03 ene 2020 . Actualizado a las 14:23 h.

Benedicta Pérez Sánchez, Dita, nació en Chanteiro hace 91 años y medio, como precisa su hijo, pero reside en Mugardos desde 1950, cuando se casó. Vive sola y desde hace alrededor de una década cuenta con un servicio de teleasistencia, inservible desde el 15 de diciembre por un fallo en la línea. «El teléfono fijo no funciona, llamamos a la compañía Movistar y nos abrieron una incidencia, pero aquí no ha venido nadie a arreglarlo desde entonces», lamenta Manuel Roibal.

La calidad de vida de Dita, como es conocida, ha empeorado estas últimas semanas. «Se encuentra indefensa, no recibe llamadas y si llama hay interferencias con otros números, se oyen conversaciones... El problema es exterior, las cajas están a la intemperie, se ven los cables empalmados», explica su hijo. Asegura que las deficiencias «vienen de hace ya tiempo». De hecho, hace años la empresa reparó la línea, «provisionalmente», pero ahora se ha agravado su estado y los fallos son constantes.

Manuel lamenta «la falta de asistencia por parte de Movistar, cada vez te atiende una persona distinta, cuando logras que te cojan el teléfono, que tampoco es fácil, y les das el número de incidencia, pero ya no vale». Insiste en que las interferencias que impiden que su madre se comunique comenzaron antes de los últimos temporales. «No tiene nada que ver con ese tema, pero no nos dan atendido», protesta.

En el centro del casco urbano

Todo esto sucede en el centro de Mugardos, en el Cano da Rúa, una calle paralela a la del consistorio local, lo que aún enfada más a los afectados. «No estamos en un sitio remoto», recalca el hijo de Dita. Ella no es la única perjudicada por el fallo telefónico. Hay más vecinos de la calle sin línea y algunos que también se han quedado sin servicio de teleasistencia «por culpa de las interferencias». Cuando intentan realizar una llamada, el número que aparece en la pantalla del receptor no siempre se corresponde con el del emisor. En cualquier caso, al descolgar se oye un pitido y resulta imposible mantener la comunicación.

«Vivo en Fene y estoy yendo constantemente a ver a mi madre porque no sé si le pasa algo. De teleasistencia me llaman a mí para decirme que no consiguen contactar con ella», abunda Manuel. Esta situación, que ya dura unas tres semanas, ha mermado el estado anímico de su progenitora, viuda desde seis décadas: «La veo decaída, no está para estos trotes. En la parte final de la vida, cuando más tranquila tenía que estar y con tantos adelantos tecnológicos que hay, resulta que es cuando está peor».

En las últimas semanas han trascendido varios casos, en Narón o Pontedeume, de personas mayores sin teleasistencia por fallos telefónicos derivados de averías. Todos con quejas por la tardanza a la hora de repararlos.