Mugardos

Manuel Couce DESDE LA ALAMEDA

MUGARDOS

01 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Navegando por el infinito océano, al entrar en la ría de Ferrol, a estribor está la patria del pulpo oscuro, con el tranquilizador título de Mugardos, tan antiguo como la ciudad departamental, que nos muestra numerosos balcones blancos que encantan la luz del día y tiene playas con arena salvaje donde la ostentación del lujo también encaja. Esta es real y Real Villa porque así los dispuso la Monarquía en 1805, sin embargo su pueblo es una referencia histórica en la defensa de la II República, allí fue asesinado su alcalde, Prieto Balsa y todos sus concejales, del Partido Comunista. Aquello con el paso del tiempo permanece y es pensamiento dominante en los mugardeses. Con la llegada de esta democracia, su gente se adaptó a los nuevos tiempos, y por aquella alcaldía pasaron Toimil, PSOE; Fariña, IU; Barcia, BNG; Domingo, PP, y actualmente Pilar Díaz, IU, que además de cultivar el arte de la amistad atiende con esmero las labores de su alta responsabilidad, pues como ella dice, ser alcaldesa es muy difícil pero es lo más bonito. Y puede parecer hasta frívolo usar términos manidos, pero las revoluciones con mayúscula son como el alma, no expiran con el último aliento, se van renovando porque tienen los pulmones llenos de oxígeno. Por y para ello eligieron los mugardeses alcaldesa a Pilar Díaz, una luchadora por sus ideas desde su juventud, y dispuesta a generar cuantos cambios sean necesarios para que la gente de su pueblo respire libertad y progreso a través de una intensa actividad política y administrativa. No trato de resucitar nada, sino de recordar por qué socialistas y comunistas gobiernan el hermano mayor de los pueblos de la otra banda desde la llegada del nuevo tiempo. Ahora es Pilar Díaz la que está demostrando con las mejoras en la Casa Bello Piñeiro, en el cementerio católico, en el traslado de la biblioteca municipal al cine Zárate, la importante obra de recuperación del borde marino, o el Centro de Interpretación, con la estimable cooperación de Reganosa, que las cosas pueden cambiar a mejor, y con un gobierno municipal que encarna con el corazón y la cabeza, el espíritu más generoso de los vencidos. Mugardos nunca quiso ser un juguete con el que se diviertan los demás, es y será el símbolo de los que lucharon y luchan con vértigo para que ese precioso pueblo y su gente sigan siendo uno de los grandes hitos de esta comarca, por su historia y su progreso.