«El pesimismo está por los cielos en Estados Unidos»

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL

MUGARDOS

JOSE PARDO

Mañana presenta en el Ateneo un libro que define como una «crónica a pie de calle» sobre la victoria de Donald Trump

16 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Argemiro Barro (Mugardos, 1984) vivió los primeros años de su vida en la comarca y regresa cada verano desde Estados Unidos, donde trabaja en una emisora y colabora con diferentes medios. Hace años pasó muchas temporadas en Rusia para estudiar a fondo los mecanismos políticos de la antigua Unión Soviética. También cubrió el conflicto de Ucrania y asegura que toda esta experiencia le sirvió para asimilar un cambio político en el que el protagonista, Donald Trump, juega cada día a sorprender a los medios. Mañana presenta en el Ateneo Ferrolán (a las 20.00 horas) un libro titulado El candidato y la furia que narra este tiovivo político.

-¿Por qué nace este libro?

-Porque la campaña del 2016 con Donald Trump y Hillary Clinton me pilló, como a todo el mundo, un poco por sorpresa, pero también me di cuenta de que elementos que había visto cubriendo conflictos derivados de la antigua Unión Soviética empezaron a florecer en este proceso. Me especialicé en política y, en especial, en autoritarismos y con Trump los hay.

-¿Cómo se explica que sea presidente?

-Pues porque Estados Unidos es un país que está cambiando muy rápidamente, hay un grupo de población muy concreto, que son blancos sin educación universitaria, pero que tenían un buen trabajo en una fábrica, una casa, dos coches... que han perdido buena parte de toda esta posición y llevan en crisis muchos años. No son los conocidos como white trash, esos estaban en un escalón inferior. Son gente que trabajaba en minas o en fábricas como General Motors... No es que estén ahora en la pobreza, solo es que han perdido poder adquisitivo, un poco como sucede en España. El caso es que Trump ha conseguido conectar con ellos con esa sensación de un país en el que el pesimismo está por los cielos. Y a todo esto se añade que tienen que hacer frente a un cambio cultural por la inmigración. Todo esto ha generado una frustración con consecuencias claras como que los grupos de extrema derecha hayan aumentado.

-El título de esta crónica hace un guiño a William Faulkner...

-Sí y a su vez a un monólogo de Shakespeare en la que se describe la realidad como algo complejo, el sonido y la furia, que enlaza muy bien con cómo es Trump, muy de emociones tan potentes como el resentimiento, la nostalgia que han logrado desbordar todo lo irracional. Todo lo contrario que la campaña de Hillary, donde todo era muy racional, medido, sobre políticas concretas. La de Donald Trump no, simplemente hablaba de nosotros contra ellos y este sonido y esta furia ha logrado llevarle al poder, por eso el título de El candidato y la furia.

-Estos días Trump tiene que lidiar con grupos racistas, ¿está dando un paso atrás en algunas de sus afirmaciones?

-No es un paso atrás, está haciendo lo de siempre: durante la campaña un líder de un grupo racista, David Duke, le apoyó explícitamente, pero Trump no salió enseguida a desmarcarse de este movimiento. Durante tres días todos los periodistas le preguntaban y él se hacía el loco. A los tres días por fin lo hizo. El pasado febrero cien tumbas de un cementerio judío fueron profanadas y lo mismo: se le preguntó y contemporizó hasta que pasados unos días lo condenó. Ahora ha repetido estrategia. ¿Por qué lo hace así? Su objetivo es concentrar la atención de los medios de comunicación, volver a todo el mundo loco, que las televisiones hablen de él, quiere ocupar la actualidad política, aunque sea con críticas, no le importa. Lo que quiere es colocar su mensaje y que todo el mundo esté pendiente de él las 24 horas.

-¿Cree que es racista o xenófobo?

-No digo que lo sea, porque son acusaciones graves, pero, sin duda, juega estas cartas... Todos los días condena a periodistas, medios, instituciones... Y, sin embargo, tarda varias jornadas en desmarcarse de atentados del ku klux klan en Virginia. De hecho, en el 2011 en su primera tentativa política difundió un bulo asegurando que Barack Obama no había nacido en Estados Unidos, era un bulo con peso racista. Llegó a coger tanta fuerza esta mentira que Obama se humilló y pidió al estado de Hawaii que publicase su partida de nacimiento.

El libro. Publicado por el sello La huerta grande y titulado «El candidato y la furia».

Dos presentaciones. Mañana, jueves, en el Ateneo Ferrolán a las 20.00 horas y el próximo martes, día 22, en el salón de plenos del Concello de Mugardos a las 19 horas.