La acusada de matar a su marido en Monfero: «Repartimos los medicamentos, los tomamos y nos echamos en la cama abrazados»

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

MONFERO

Imagen del juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial de A Coruña.
Imagen del juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial de A Coruña. ANGEL MANSO

La mujer, de 68 años, sostiene en el juicio que ella y su esposo pactaron suicidarse ingiriendo pastillas

19 abr 2024 . Actualizado a las 13:00 h.

La acusada, de 68 años y con ropa de luto, lloró muchas veces durante el juicio que contra ella empezó el martes en la Audiencia Provincial de A Coruña. Ayer le tocó hablar, porque su abogado prefirió que lo hiciera al final, después de los testigos. Intentó estar serena para convencer al jurado popular de que ella no asesinó a su marido en la vivienda que habitaban en Monfero. Que lo que ocurrió aquel 19 de julio del 2021 se fue gestando meses antes, cuando su esposo, que tenía 78 años, sentía que se quería morir y eso ella no podía soportarlo. Así que pactaron irse juntos, tomar unas pastillas, abrazarse en cama y dormirse para siempre. 

El fiscal, que pide para esta mujer una pena de 26 años de prisión, no lo ve así. Cree, y así se lo hizo ver al jurado popular el primer día del juicio, que la acusada se aprovechó de la demencia del hombre para administrarle medicamentos y así asesinarlo. Pero ella lo niega en rotundo y asegura que la ingesta de pastillas fue «de mutuo acuerdo». Dijo que su esposo era plenamente consciente de lo ocurrido. La mujer sostiene que no sufría demencia. Que, tal y como declararon el miércoles sus hijos, solo tenía un pequeño problema en el habla por un ictus, si bien estaba muy preocupado por perder facultades.

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«En febrero del 2020 me dijo que cuando perdiera las fuerzas, se iría. No me dijo que se mataría, pero yo entendí perfectamente lo que quería decir. Me lo dijo clarito, clarito, clarito, como se lo estoy diciendo. Yo interpreté que se quería suicidar», declaró.

Días después confirmó con él sus intenciones y le dijo: «Si tú te vas, yo me voy contigo, porque la vida sin ti para mí no tiene sentido». Durante más de un año, según la acusada, él tuvo problemas de habla, pero que no afectaban a otras capacidades, por lo que aseguró que su esposo comprendía todo lo que ocurría, si bien «tenía mucha angustia» por no poder expresarse. Al final, una noche él le dijo que quería tomar los medicamentos. Y entonces lo hicieron. Ella lo explicó así en el juicio: «Nos repartimos los medicamentos, los tomamos y nos echamos en la cama abrazados».

Él falleció, pero ella esquivó la muerte al recibir atención médica, pues había tomado las pastillas más tarde y tenía más fortaleza física que él. «Fue de mutuo acuerdo», insistió. Y negó algo que se había dicho, que el hombre fuese agresivo con ella. Una médica, por su parte, sí cree en la existencia de demencia en el fallecido, confirmada por la forense que realizó la autopsia que, además, habló de una «muerte violenta u homicida». Otra forense aseguró que la acusada habría muerto «de no haber sido atendida a tiempo», ya que tomó los mismos medicamentos que su marido.

Una neuróloga propuesta por la defensa no vio compatible con el alzhéimer lo ocurrido, sino solo un deterioro del lenguaje. En la jornada previa, los hijos de la pareja coincidieron en asegurar que su padre no padecía alzhéimer, sino que tenía problemas para hablar, pero que hacía vida normal, iba en moto a comprar tabaco, cortaba el césped y que incluso a uno le manifestó su intención de morir. Frente a esto, la médica que atendió a la acusada aquella noche dijo que ella le manifestó que le había dado pastillas a su marido. La enfermera que luego tramitó el ingreso en el hospital de la mujer también dijo que fue la procesada quien indicó «que había matado a su marido» al darle pastillas, lo que reflejó en el parte.