Siguiendo a un río Lambre empeñado en camuflarse entre bosques

Río con historia el Lambre, no el más importante, pero quizás sí el más entrañable de los que forman el golfo Ártabro cuando desemboca entre Miño y Paderne. Río que aparece citado en un documento de finales del siglo XI como «flumen Lambre», nombre que algunos hacen proceder de una palabra prerromana (esa terminación «-bre» la hacían equivaler los románticos a «lugar»), mientras que otros recuerdan que hubo una ciudad romana en el Cantábrico llamada Flavia Lambris y, en fin, no falta quien saque a colación que un río italiano figura en los mapas como Lambro.

Para seguirlo, nada mejor que llegarse al lugar de As Cernadas, municipio de Monfero (desde Irixoa, DP-0905), y ahí desviarse a la izquierda para cruzarlo y seguir a O Xestal y a Rebordelo (el principal núcleo de Monfero), para buscar Acea de Riba, salvar el Rego dos Paraños y llegar al desvío de Os Odreiros. En ese tramo, el Lambre se ha convertido en pura y boscosa frontera administrativa, separando Monfero —orilla derecha— de Irixoa —orilla izquierda—. Hasta justo ese punto, Os Odreiros.

Por cierto que este topónimo responde a un enclave formado por tan solo una vivienda tradicional magnífica, rehabilitada con mucho respeto y gusto, como tantas otras de Irixoa. Abajo está el río, en el puente al que ese lugar le presta el nombre, limpio, con cierta anchura ya, y con una invitación por su margen derecha a seguir un camino nada estrecho que remonta el Rego dos Paraños. No hay que ir tan lejos, sino solo hasta el maravilloso punto donde este vierte sus aguas al Lambre.

Si lo poros respiran espíritu aventurero y el cuerpo está acostumbrado a un cierto entrenamiento (o al menos una cierta costumbre de recorrer naturaleza pura), desde atrás de Os Odreiros arranca un camino que siguiéndolo recto entre árboles vuelve a dar al río, que ha descrito un arco. Ese camino va a continuar hasta Os Chaos, pero hay que insistir en que solo con mucho ánimo resulta posible recorrer esos dos kilómetros un poco escasos. La pérdida no entra en el capítulo de lo posible, el río queda siempre a la diestra, pero no se trata de un itinerario fácil. En bicicleta, imposible, y menos en este tiempo.

Si se prefiere el coche, hay que seguir la dirección de la corriente y pasado Escañoi (o sea, dejado atrás el municipio de Monfero) se gira a la izquierda para ir al puente de Os Chaos, donde el Lambre forma un gran meandro muy oculto por la arboleda. O bien tirar desde Escañoi hacia A Moreira y ahí cruzar la corriente para plantarse en una aldea llamada precisamente Lambre. ¿Le presta ella el nombre al río o es al revés? Pues todo apunta a que es eso, al revés.

Y desde ese pequeño grupo de casas parte, en descenso, un camino muy corto que conduce a la orilla del río, que por ahí corre ya tumultuoso. O sea, una maravilla.

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