Cerca de 40 vecinos patrullan los montes para prevenir incendios

ANA F. CUBA MONFERO / LA VOZ

MONFERO

césar toimil

Productores forestales y otros colaboradores se turnan en la vigilancia este verano

26 ago 2016 . Actualizado a las 11:29 h.

Vecinos de Monfero y Vilarmaior patrullan los montes de ambos municipios desde comienzos del mes de julio para prevenir incendios. La mayoría de los 36 vigilantes, que se distribuyen en parejas, pertenecen a la Asociación de Produtores de Madeira Fomento Forestal, radicada en Monfero, con 785 socios (la mayoría de Ferrolterra y A Mariña lucense), pero también cuentan con colaboradores ajenos al colectivo. «Es gente desinteresada, que no cobra nada y tiene que poner dinero de su bolsillo para la gasolina, además del tiempo», subraya Fernando Lage, el técnico de la entidad que ha ideado y puesto en marcha esta iniciativa.

La asociación lamenta la falta de colaboración de la Xunta. «Pedimos una ayuda a la Consellería de Medio Rural, que nos pusieran un chófer o que nos subvencionaran la gasolina y los chalecos, primero nos dijeron que sí, pero no hemos conseguido nada», reprocha Lage. Las parejas se turnan y cada día se encaminan en coche por pistas forestales, «de forma aleatoria, para que la gente sepa que se está vigilando, pero no dónde». Buscan «disuadir» a potenciales incendiarios. «Funciona moi ben, imos polas zonas altas, desde onde ves todos os plantíos, se sale fume dalgún sitio ou se hai alguén raro», explica Manuel Caruncho, que ya ha salido cuatro veces este verano, con su mujer, Mercedes Pena.

Muchas jornadas recorren un centenar de kilómetros. El año pasado ya tuvieron una primera experiencia, que sirvió para frenar un incendio. «Avisamos al 085 porque salía humo, por un descuido con una motosierra... Como alertamos se pudo atajar y quedó en un conato», recalca Lage. En este verano seco y de altas temperaturas la vigilancia «é aínda máis necesaria», apunta otro integrante de estas brigadas vecinales. «Por iso non faltamos nin un só día e se un non pode ir búscaselle un substituto», indica. De hecho, el técnico de la asociación elabora un cuadrante mensual con los turnos, que coloca en los tablones de los bares.

El desmantelamiento de la base permanente del helicóptero de extinción de incendios ha molestado a los vecinos de la zona. «Quitáronnolo, iso que temos aquí as Fragas do Eume, dicindo que hai outras cerca (...). Pelexárase moito por conseguilo», critica José Francisco Ares Castelo. Este vecino de Vilarmaior, miembro de la directiva y vigilante, incide en las graves pérdidas que acarrea un incendio, tanto por el elevado coste de los trabajos de extinción como por el gasto previo en plantas, abonos, trabajos de silvicultura, maquinaria, etcétera. Todo al margen del terrible impacto medioambiental del fuego, sin olvidar tampoco el riesgo para las personas y las viviendas.

Mientras dure el buen tiempo

«Nesta zona estase movendo moitísima madeira, que xera moitos cartos, moito emprego, traballo para os talleres... É unha cadea que beneficia a todos, aos produtores, á industria, ao que vende combustible, ao que repara maquinaria...», defiende Ares. Y destaca «os aínda pequenos pasos» dados cara a una mayor concentración de la propiedad, a través de permutas o la creación de cotos redondos, lo que favorece la gestión y también la prevención de incendios. La vigilancia seguirá mientras dure el buen tiempo y el riesgo de fuego persista.