La Policía Nacional de Ferrol depende, para las operaciones más peligrosas, de una unidad de A Coruña que tarda en activarse una hora

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

César Toimil

La  Confederación Española de Policía reclamó con una concentración que «esta comisaría necesita una Unidad de Prevención y Reacción propia»

12 jun 2025 . Actualizado a las 19:04 h.

Un sindicato policial, la Confederación Española de Policía (CEP), se manifestó este jueves por la mañana ante la comisaría de la avenida de Vigo, en Ferrol, para denunciar la falta de medios y de personal. Acomodaron un esqueleto con su uniforme azul y explicaron que es así como el Ministerio de Interior está dejando a los miembros del Cuerpo Nacional de Policía (CNP). Una muestra clara es la situación de los agentes en Ferrol: son pocos, no tienen coches suficientes y ni siquiera un cuartel con taquillas o calabozos para todas sus necesidades. El secretario regional de la CEP en Galicia, Agustín Vigo, la comparó con dependencias «de los tiempos del rey Felipe V» y con una comisaría de Kenia.

Afirma que sus compañeros de Ferrol y Narón trabajan en un contexto de incremento de mafias de la droga; de grupos criminales cada vez más sofisticados y con muchas agresiones a la plantilla. «Yo he ido a juicios en los que pegar a un policía se ha saldado con una multa de 50 euros y he visto cómo el acusado decía: ‘Si sé que es tan barato, le pegaría el doble», detalló Vigo. Tanto él, como José Javier Martínez (también del CEP) y el delegado local alertaron de que Ferrol necesita una Unidad de Prevención y Reacción (UPR) dotada con al menos 30 agentes, «no con 14 como el parche que se ha realizado en Ourense».

Ahora mismo si hay una pelea grave —como la batalla campal registrada a las puertas de Onda, o la reyerta con catanas de la plaza de España en noviembre— los policías de Ferrol no tienen material de seguridad adecuado para intervenir. «En estos casos se moviliza la UPR de A Coruña, pero tarda un mínimo de una hora en llegar y de ubicarse en una ciudad que no es la suya, mientras que si esta comisaría tuviese una unidad de intervención rápida propia estarían operativos en unos minutos y conocerían bien el terreno», según explicaron en un acto que contó con el apoyo de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), aunque no pudieron manifestarse juntos.

Las ventajas de este grupo policial tipo antidisturbios se verían en el día a día, ya que son agentes con una formación muy especializada y que pueden, por ejemplo, «acudir en moto a lugares donde se esté produciendo cualquier problema, además se integran en otros operativos que se desarrollen de forma habitual y está comprobado que la presencia policial en la calle reduce los delitos y provoca que los delincuentes opten por cambiar de zona», apuntaron desde el CEP. Así las cosas, consideran que es una situación «insostenible en el tiempo» y pese a eso los agentes están logrando mantener bajos índices de delincuencia a costa de su propia seguridad.

20 agentes antidroga

Recordaron que Ferrol es junto con Vigo la ciudad donde las mafias de la droga están creciendo de forma más peligrosa y desde el CEP exigen que se dote de 20 agentes más a las unidades que luchan tanto con el trapicheo, como las que trabajan para realizar grandes redadas en los poblados, como sucedió con la operación Velutina. «El Gobierno central dedica fondos de todos a mejorar la seguridad de unos pocos y deja relegados a lugares como Ferrol, algo que constituye otro ejemplo del abismo que separa al Ministerio del Interior de los policías nacionales».

«Un payaso o una azafata son considerados profesión de riesgo y nosotros no»

Los representantes del CEP mantienen desde hace un año un conflicto colectivo frente al Ministerio del Interior por la jubilación. Aseguran que los policías autonómicos que pueden retirarse a los 59 años, mientras la Policía Nacional ve cómo su jubilación se eleva a los 67. «Vamos a llegar a tener unidades geriátricas en la comisaría; un payaso o una azafata son considerados profesión de riesgo y nosotros no».