La lluvia y el viento impidieron sacar a la calle la procesión de Cristo Rey y la Virgen de la Amargura en el Lunes Santo de Ferrol

FERROL CIUDAD

César Toimil

El desfile procesional se sustituyó por un emotivo acto de oración celebrado en la iglesia de Dolores

14 abr 2025 . Actualizado a las 23:22 h.

La lluvia, que fue envolviendo la ciudad, cada vez con más fuerza, desde primera hora de la tarde (una lluvia densa, de las que tanto abundan en el mes de abril, de esas que borran la raya del horizonte y alejan la luz, pintándolo todo del color del frío), ha impedido que en el Lunes Santo saliese a la calle, en Ferrol, la procesión de Cristo Rey y de la Virgen de la Amargura. El inicio del desfile procesional estaba previsto para las 21 horas. Pero casi media hora antes, ya, la Cofradía de Dolores decidió suspenderla, viendo que la noche, que poco a poco caía sobre Ferrol, lejos de alejar la lluvia la hacía por momentos más intensa.

La recién recuperada iglesia de Dolores, que el pasado viernes se reabría al culto tras haber permanecido cerrada durante siete años con motivo de un largo y difícil proceso de restauración, se llenó de miradas tristes. Como se llenaron de miradas tristes, también, las calles del casco histórico de la ciudad, por las que la procesión de Cristo Rey y de la Virgen de la Amargura debería haber discurrido.

CESAR TOIMIL

Pero la procesión se sustituyó por un acto de oración en el interior del templo. Y así, aunque efectivamente fue imposible procesionar (sacar a la calle las imágenes no solo lo desaconsejaba la lluvia: lo desaconsejaba el viento, que a lo largo de la tarde incluso arrojó numerosas vallas al suelo), no por ello dejó de celebrarse el Lunes Santo con la solemnidad que la ocasión requiere.

«Al menos, con el corazón»

«Ya que podemos acompañar a la Virgen en la procesión, la acompañaremos, al menos, con el corazón», decía Cándido Otero, el sacerdote, ante un templo absolutamente abarrotado, antes de leer unos fragmentos del relato de la Pasión pertenecientes al Evangelio según San Juan: fragmentos en los que se recuerda que Pilatos dijo «lo que está escrito, escrito está».

CESAR TOIMIL

Y así, el Lunes Santo de Ferrol fue, en efecto, de viento y de lluvia tanto en el aire como en las calles por las que debería haber discurrido la procesión de Dolores; pero fue, sobre todo, de cálida luz —de las velas y de los corazones— en la recién recuperada iglesia que es un reflejo vivo de la historia espiritual de Ferrol. «Que bajo el manto de María vayáis en paz», decía el sacerdote, junto al altar.