Desde el siglo XVI, la ría de Ferrol cuenta con defensas costeras, las primeras se asientan en la boca: castillos de San Felipe, A Palma y San Martín. Su construcción fue ordenada por Felipe II por su política atlántica, y al ser Ferrol puerto de recalada e invernada de escuadras destinadas al combate. Declarada Ferrol capital del Departamento Marítimo del Norte, por Real Orden en 1726, se proyectan obras para la defensa de la ría, actualizando castillos y asentando baterías a su entrada y en la ría de Ares. Se cierra la plaza con una muralla de siete baluartes por el frente de tierra y baterías por mar, todos unidos por un muro aspillerado. Finalizada la guerra de la Independencia, estas defensas se van abandonando.
A finales del XIX, con la aparición de la artillería rayada en costa y la coraza en los buques de guerra, se aprueba el Plan de Defensa de la Base Naval Ferrol-Coruña en 1891. Abarcaba las rías de Ferrol, Ares y A Coruña, con 17 baterías avanzadas que ocupaban salientes naturales desde Monte San Pedro en A Coruña a Cabo Prioriño, para ganar alcance y mantener a los barcos más lejos de la plaza y el Arsenal. Comienzan las obras por Montefaro en la península de Bezoucos, con un anteproyecto aprobado en 1897. Se crearon tres baterías de obuses (Peña Bailadora, Fuenteseca y Faro); dos con cañones de tiro rápido (Salgueira y Sudova); y una de gran calibre en Segaño. Se construyeron proyectores y centrales eléctricas, polvorines, cuarteles, observatorio, red de carreteras militares y hospital de sangre.
Finalizada la Primera Guerra Mundial, se comienza a trabajar en otro plan de defensa de la costa que se firma en 1926. Las baterías se separan más de la plaza y Arsenal, batiendo con sus fuegos la parte de mar desde Cedeira hasta la punta de Caión. El frente se divide en dos flancos: derecho con Campelo (Valdoviño), Prior y Prioriño (Ferrol); izquierdo con Hércules (Punta Herminia), Monte San Pedro (A Coruña) y Monticaño (Pastoriza). Además de estas baterías, se construyeron cuartelillos, proyectores, red de transmisiones, carreteras de acceso, puestos de mando, polvorines. Hoy estas defensas están desafectadas por Defensa, y en parte cedidas a los Concellos. Ellos se encargarán, con la colaboración de la Deputación da Coruña, de ponerlas en valor con fines turísticos.