De las tortillas del Zahara al Sir Lincoln: «Di de comer a todo Ferrol»

Carla Elías Martínez
carla elías FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

La ecuatoriana Cecilia Andrade se enamoró de la urbe naval de turismo, se mudó y emprendió hace siete años con el bar en San Amaro,  para trabajadores de Navantia, agentes de la Policía Nacional y estudiantes, para el que busca relevo para centrarse en su salud

17 mar 2025 . Actualizado a las 17:52 h.

En la esquina de San Amaro, en Ferrol, hay un bar que es más que un simple local de hostelería. El Sir Lincoln ha sido durante años un punto de encuentro para trabajadores de Navantia, agentes de la Policía Nacional y estudiantes del campus ferrolano. Su dueña, Cecilia Andrade (Ecuador, 1978), es el rostro y el de este emblemático establecimiento. Ahora, tras una dura noticia, busca a alguien que continúe con su legado.

Cecilia llegó a España en 1999 con su marido, en una época en la que había mucho trabajo en el país. «Nos cogieron años de regularización», recuerda. Tras vivir en Madrid y en Segovia, donde su esposo trabajó en la construcción del túnel de Guadarrama, la pareja descubrió Ferrolterra en unas vacaciones. «Nos gustó tanto que decidimos venirnos a Ferrol a vivir, mi pareja con trabajo y yo buscando», recuerda. Fue en 2005 cuando encontró su primera gran oportunidad en la hostelería. Se unió al equipo del Zahara del Callao, uno de los locales más populares de la ciudad, donde trabajó junto a su propietario, el emblemático Guillermo. «Eché trece años con él», recuerda con cariño. Aprendió los secretos del oficio y, con la experiencia adquirida, decidió emprender su propio camino.

Y hace siete años cumplió su sueño de emprender por su cuenta, encontró un local disponible en la esquina de San Amaro y no lo dudó. Así nació el Sir Lincoln, un bar que rápidamente se convirtió en un referente de comida casera para el día a día. «Tengo muchísima afluencia de gente por todo lo que hay alrededor, de hecho, no trabajo por las noches», señala. Su comida casera y su trato cercano conquistaron a los clientes, que con el tiempo se convirtieron en familia.

Entre los platos estrella se encuentran la tortilla, que aprendió a hacer en el Zahara, los callos, el salpicón de gambas y la ensaladilla rusa. Con el apoyo de su esposo y la ayuda de una cocinera, logró mantener el nivel de calidad y atención que se marcó desde el principio.

Sin embargo, la vida de Cecilia cambió de la noche a la mañana. Un diagnóstico de un tumor la obligó a replantearse su futuro y a priorizar su salud. «Me detectaron un cáncer y obligatoriamente me toca centrarme en mí», explica. Con gran pesar, tomó la difícil decisión de poner en traspaso su querido Sir Lincoln. «Está todo nuevo, invertimos muchísimo dinero y quien lo coja tendrá mucha maquinaria nueva además de la clientela fiel», asegura la hostelera.

Pese a la difícil situación, Cecilia solo tiene palabras de gratitud para su clientela. «Estoy muy, muy agradecida. Tengo muy buena clientela», enfatiza. Su paso por el Zahara y su esfuerzo en el Sir Lincoln han hecho que su nombre sea conocido en toda Ferrol.

A pesar de que tenía la esperanza de reabrir el local tras su recuperación, los médicos le han indicado que el proceso será largo. «No me dan el alta, va a ser mucho tiempo de lucha, la quimioterapia me deja muy cansada. Es obligatorio dejarlo, no es que yo quiera», lamenta.

Se traspasa

El traspaso del Sir Lincoln ya ha despertado interés entre posibles nuevos propietarios. Cecilia ha publicado el anuncio en redes sociales y espera que quien lo tome continúe con la esencia del bar. Más que un simple local, deja en manos de otro su esfuerzo, su dedicación y el cariño de sus clientes. Mientras tanto, afronta con valentía la batalla más importante de su vida.